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Hacia una Teologia del Antiguo Testament - Walter C. Kaiser Jr_

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http://es.scribd.com/doc/97117904/<strong>Hacia</strong>-Una-<strong>Teologia</strong>-Del-<strong>Antiguo</strong>-<strong>Testament</strong>o-<strong>Walter</strong>-c-<strong>Kaiser</strong>-Hijo<br />

Todo culminó. Se hizo cada cosa. Todo era «bueno»; en efecto, todo era «muy bueno» (Gn 1:31).<br />

Cada función, cada ser y cada bendición necesarias para Ilevar a<strong>del</strong>ante la vida y sus goces estaban<br />

ahora a la mano. Sin embargo, todo ello era <strong>una</strong> bondad no probada.<br />

Primera palabra de promesa: La simiente<br />

Para probar la obediencia <strong>del</strong> hombre y libre albedrío de seguir a su Creador, Dios colocó el árbol de<br />

la ciencia <strong>del</strong> bien y <strong>del</strong> mal en el jardín <strong>del</strong> Edén con la prohibición de que Adán y Eva no comieran<br />

de su fruto. Como tal, el árbol no contenia enzimas ni vitaminas mágicas, solo estaba allí para la<br />

posibilidad de la rebelión <strong>del</strong> hombre contra la sencilla palabra de Dios. Al comer de su fruto, la<br />

humanidad «conocería» personalmente, es decir, gustar por experiencia el lado opuesto de todo el<br />

bien que experimentaron. La totalidad de la experiencia, tanto el bien como el mal, estarían ahora en<br />

su repertorio de sensaciones.<br />

Antes de que se pueda comprender la teología de la caída, se debe añadir otro factor. La serpiente<br />

(hannāhāš), esa criatura que era «más astuta que todos los animales <strong>del</strong> campo» (Gn 3:1) estaba<br />

también presente en el jardín. La astucia de la serpiente era en comparación mayor que la de<br />

cualquier criatura <strong>del</strong> campo. 4<br />

La mayoría sabe que el NT identifica a esta serpiente con Satanás: «Muy pronto el Dios de paz<br />

aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes» (Ro 16:20); «Así fue expulsado el gran dragón, aquella<br />

serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y que engaña al mundo entero» (Ap 12:9; 20:2);<br />

«La serpiente con su astucia engañó a Eva … ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz»<br />

(2Co 11:3, 14). Sin embargo, pocos reconocen que en estos pasajes también se trata a Satanás como<br />

serpiente.<br />

La forma y figura de Satán deja su apelativo implícito de serpiente, por el nombre de dragón.<br />

Tampoco la maldición determina su morfología. Génesis 3:14 solamente dice que su conquista sería<br />

tan segura que «te arrastrarás sobre tu vientre» (cf. Gn 49:17; Job 20:14, 16; Sal 140:3; Is 59:5; Mi<br />

7:17). Su despreciable posición y abyecta humildad eran también tan reales que lamería el polvo, o<br />

como se dice hoy, «comería el polvo». Ambas frases eran figuras orientales <strong>del</strong> Oriente Próximo<br />

antiguo para referirse a los derrotados; ellos yacían postrados con los rostros a tierra ante los<br />

monarcas que los habían conquistado formando a menudo un estrado para sus tronos. 5 Por supuesto<br />

que los reptiles no se alimentan de polvo; pero Satán probaría la derrota como resultado de su parte<br />

en la tentación. Además, observe con cuidado que Dios ya habia creado a «los reptiles» en Génesis<br />

1:24 ¡y había dicho que eran «buenos» (v. 25)!<br />

En el diálogo con la mujer la serpiente habló por sí misma; no era sustituto de algún otro. Tomó<br />

partido en cuanto a lo que dijo Dios, incluso sabía las alternativas y posibles eventualidades de su<br />

propio conocimiento. Para la mujer era <strong>una</strong> persona y no uno de los animales porque expresó<br />

sorpresa cuando se le dirigió. Sin embargo, se ofendió por la estrecha distorsión que le atribuía a<br />

Dios y la libertad limitada que le concedió a la primera pareja. Era exageradamente injusto atribuir a<br />

Dios que se les había negado el privilegio de comer de alguno de los árboles <strong>del</strong> huerto.<br />

No obstante, el engaño efectuó sus trucos y la mujer sucumbió ante la fuerte presión y la astuta<br />

argumentación <strong>del</strong> mismo tentador. Adán desobedeció también, pero sobre un terreno menos<br />

extenuativo que el de la mujer. De este modo la primera tragedia de fracaso, de las tres que el<br />

4<br />

El hebreo miḵḵōl se puede tomar en Génesis 3:1, 14 como partitivo «cualquiera de las bestias <strong>del</strong> campo» o<br />

como comparativo «que las bestias <strong>del</strong> campo». Sin embargo, en 3:14 todos están de acuerdo en que la<br />

misma construcción debe ser comparative. También el contexto está a favor de nuestra traducción. Véase<br />

Paul Haupt, «The Curse on the Serpent», Journal of Biblical Literature 35, 1916, pp. 155–62.<br />

5<br />

Cf. Tablillas de El Amarna, E.A. 100:36; Salmo 72:9; Isaías 49:23; Miqueas 7:17.<br />

http://es.scribd.com/Benami_77

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