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Hacia una Teologia del Antiguo Testament - Walter C. Kaiser Jr_

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http://es.scribd.com/doc/97117904/<strong>Hacia</strong>-Una-<strong>Teologia</strong>-Del-<strong>Antiguo</strong>-<strong>Testament</strong>o-<strong>Walter</strong>-c-<strong>Kaiser</strong>-Hijo<br />

En los días de estos reyes, el Dios <strong>del</strong> cielo establecerá un reino que jamás será destruido, ni entregado a otro<br />

pueblo, sino que permanecerá para siempre y hará pedazos a todos estos reinos.<br />

Como en Abdías 21, el reino era de Yahvé y así será aquí.<br />

El venerable Anciano<br />

El capítulo paralelo <strong>del</strong> sueño de Nabucodonosor en Daniel 2 es la visión de Daniel <strong>del</strong> capítulo<br />

7. Otra vez había cuatro reinos y la cabeza de oro de Nabucodonosor, identificada como Babilonia en<br />

el capítulo 2, era el «león» de Daniel (7:4). El pecho y los brazos de plata <strong>del</strong> monarca terrenal eran<br />

el «oso» de Daniel (v. 5) y, más tarde, el carnero con dos cuernos en Daniel 8:20 se identificó como<br />

Media y Persia. El vientre y las caderas de bronce y cobre en Daniel 2 era un leopardo con cuatro<br />

cabezas y cuatro alas en Daniel 7:6. Este es el mismo tosco macho cabrío de Daniel a quien le salen<br />

cuatro pequeños cuernos en Daniel 8:21–22, el cual es Alejandro el Grande de Grecia y los cuatro<br />

generales que le sucederían. La imagen de piernas de hierro y barro de Nabucodonosor se convierte<br />

en <strong>una</strong> terrible e indescriptiblemente horrible bestia en Daniel 7:7. Este es un cuadro de un Imperio<br />

Romano que al final se dividió entre diez reyes y un altivo anticristo (vv. 24–25) que someterá a tres<br />

de los diez reyes y gritará contra el Altísimo y hará daño a los santos de Dios durante un período<br />

designado hasta que llegue el reino eterno de Dios (vv. 25b–27).<br />

Por consiguiente, en Daniel 7 aparecen los mismos cuatro imperios, solo que esta vez salen en<br />

sucesión <strong>del</strong> mar azotado por la tormenta. Sin embargo, otra vez, cuando su tiempo expiró y el<br />

gobernante procedente de los diez cuernos de las cuatro bestias había hecho lo peor contra el Dios<br />

<strong>del</strong> cielo y sus santos, el «venerable Anciano» se acercó enjuicio. En los versículos 13 y 14, Daniel<br />

dice:<br />

En esa visión nocturna, vi que alguien con aspecto humano venía entre las nubes <strong>del</strong> cielo. Se acercó al<br />

venerable Anciano y fue llevado a su presencia, y se le dio autoridad, poder y majestad. ¡Todos los pueblos,<br />

naciones y lenguas lo adoraron! ¡Su dominio es un dominio eterno, que no pasará, y su reino jamás será<br />

destruido!<br />

En contraste a la naturaleza bestial de los imperios de los hombres, un Mediador humano viene<br />

<strong>del</strong> Altísimo Dios cuyo aspecto y persona enseguida recuerdan a uno de las visiones de Ezequiel y de<br />

Isaías. Así, la venida <strong>del</strong> Mesías no sería solo el verdadero David, sino que también sería el<br />

verdadero Hijo <strong>del</strong> hombre, 4 combinando en su persona el alto llamado de humanidad y la posición<br />

reservada solo para Dios. Su origen celestial se destaca en que vino «con las nubes <strong>del</strong> cielo» (7:13,<br />

que es más explícito que la roca que vino de 2:34) y su divinidad subrayó el permanente e<br />

indestructible reino y dominio que se le dio a él (7:14).<br />

Esos poderes gobernados por <strong>una</strong> horrenda mezcla de impulsos salvajes, sensuales y egoístas,<br />

con distorsionadas características, cuernos, dientes y apetitos carnívoros enfrentarían ahora el juicio<br />

de Dios cuando el venerable Anciano se sienta en su trono. Su resplandeciente ropa era blanca y pura<br />

como nieve, su cabello era blanco como la lana y su trono centelleaba como el fuego. El juicio era<br />

según lo que estaba escrito en los libros (7:10) y los tronos de juicio se pusieron en la tierra (v. 9). La<br />

comitiva <strong>del</strong> venerable Anciano era inmensa: miles y millares lo servían y estaban de pie ante él (cf.<br />

la comitiva celestial <strong>del</strong> juez en Zac 14:5).<br />

Los santos <strong>del</strong> Altísimo<br />

A los «santos <strong>del</strong> Altísimo» (7:18, 22, 27 en la frase aramea qad šê ‘ely n n) 5 se les dio el reino y<br />

el dominio después <strong>del</strong> juicio de las naciones. Estaban en la misma línea de descendientes que la<br />

4<br />

Véase E.J. Young, «Daniel’s Vision of the Son of Man» *La visión de Daniel <strong>del</strong> hijo <strong>del</strong> hombre+, The Law and<br />

the Prophets [La Ley y los profetas], ed. J. Skilton, Presbyterian and Reformed Publishing House, Nutley. NJ,<br />

1974, pp. 425–51.<br />

5<br />

Para los más recientes defensores <strong>del</strong> punto de vista israelita y para la bibliografía masiva, véase V. S.<br />

Poythress, «The Holy Ones of the Most High in Daniel vii» [Los santos <strong>del</strong> altísimo en Daniel 7], Vetus<br />

http://es.scribd.com/Benami_77

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