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Hacia una Teologia del Antiguo Testament - Walter C. Kaiser Jr_

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http://es.scribd.com/doc/97117904/<strong>Hacia</strong>-Una-<strong>Teologia</strong>-Del-<strong>Antiguo</strong>-<strong>Testament</strong>o-<strong>Walter</strong>-c-<strong>Kaiser</strong>-Hijo<br />

Esto explica la nota de esencial seriedad que corre a través de algunos salmos como el 137 y el 139:21–<br />

22. En estos salmos el creyente Israel se identifica con la causa de Dios. Esa causa no puede triunfar a menos<br />

que lo que se opone se venga abajo. 9<br />

En este caso burlarse y regocijarse por la «herencia» de Yahvé, la casa de Israel (p.ej., Ez 35:15),<br />

era burlarse y desafiar al mismo Yahvé porque él se adhirió a sí mismo a un pueblo, a <strong>una</strong> nación (Dt<br />

4:33ss.), a fin de salvarlos a todos. Además, de todos modos, era el Soberano sobre todas las<br />

naciones (Dt 32:8–9), por eso toda burla por su obra de bendición o juicio en medio de Israel estaba<br />

estrictamente fuera de lugar. Así que Edom no escaparía al inminente juicio divino que también<br />

caería sobre todas las naciones.<br />

Sin embargo, en contraste con la destrucción de estas naciones, habría un remanente, un «grupo<br />

de escapados» (p e lêṭâh; cf. Jl 2:32 [3:5] e Is 37:32 donde es paralela a la palabra más común para<br />

«remanente» š e ēr t), en el monte de Sión (Abd 17), quienes otra vez emergerían victoriosos bajo el<br />

ímpetu de la energía divina que se les confiere <strong>una</strong> vez más. Entonces Israel extendería de nuevo su<br />

gobierno sobre la antigua Canaán y los territorios a su alrededor incluyendo el Néguev, el país<br />

filisteo, Galaad al este <strong>del</strong> Jordán y Siria y tan lejos al norte como Sarepta en el Líbano: todo esto<br />

como se le prometió a los patriarcas Jacob y José (Abd 18–20). David y Salomón gobernaron en<br />

parte a estas tierras, pero más tarde las perdieron. Sin embargo, se les devolverían en aquel día.<br />

El método que Dios usaría para restablecer su gobierno sería a través de «salvadores» humanos<br />

(m ši‘ m v. 2) desempeñando el oficio de jueces y gobernadores (šōp e<br />

ṭ m), tal como lo tuvieron en<br />

los días de los jueces (Jue 2:16, 18). Sión, es decir, Jerusalén, sería su centro y «el reino pertenecería<br />

al Señor» (Abd 21).<br />

Para el cumplimiento de esta profecía, Abdías combinó en un retrato lo que la historia dividió en<br />

diferentes tiempos y hechos. En realidad, Judas Macabeo, Juan Hircano, Alejandro Janea y la<br />

oposición zelote al gobierno romano produjo el final de los edomitas e idumeos. 10 Aunque eso fue<br />

solo <strong>una</strong> muestra <strong>del</strong> triunfo final de Dios contra todas las naciones hostiles. Por lo tanto, el día <strong>del</strong><br />

Señor corría a través de la historia <strong>del</strong> reino de Dios así que esto ocurrió en cada juicio en particular<br />

como evidencia de su total cumplimiento que estaba cerca y se aproximaba.<br />

El día <strong>del</strong> Señor: Joel<br />

La ocasión 11 para la profecía de Joel fue <strong>una</strong> terrible plaga de langostas seguida de <strong>una</strong> angustiosa<br />

sequía, ambas precursoras <strong>del</strong> grande y terrible día <strong>del</strong> Señor. Aunque ya era tarde, aún había<br />

oportunidad para arrepentirse. Sin embargo, debía ser <strong>una</strong> genuina tristeza de corazón por sus<br />

pecados y un viraje en la vida (Jl 2:12–13).<br />

Cuando el pueblo respondió con ayuno, llanto y oración (2:15–17), «el SEÑOR mostró amor por<br />

su tierra y perdonó a su pueblo. Y les respondió» sus oraciones (vv. 18–19). Con el versículo 18 el<br />

tono de este libro se invierte. Mientras que el juicio prevaleció de 1:1–2:17, ahora bendición y<br />

esperanza dominarán el resto <strong>del</strong> libro. Tal cambio podría atribuirse a dos hechos: (1) el Señor su<br />

Dios «es bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor» (2:13b); y (2) el pueblo se<br />

arrepintió y «[rasgó] el corazón y no las vestiduras» (v. 13a). En respuesta a su arrepentimiento, Dios<br />

9<br />

Marten Woudstra, «Edom and Israel in Ezequiel» [Edom e Israel en Ezequiel], Calvin Theological Journal 3,<br />

1968, pp. 24–25.<br />

10<br />

Flavio Josefo, Antigüedades de los Judíos, Editorial CLIE, Terrasa, España, 3 tomos, 12. 8:1, 13. 9:1, 13. 15:4,<br />

Guerra de los Judíos, Editorial CLIE, Terrasa, España, 2 tomos, 4. 9:7.<br />

11<br />

Los eruditos más conservadores fechan ajoel hacia 830 a.C., durante la menoría <strong>del</strong> rey Joás y la regencia<br />

Joyadá, el sumo sacerdote; cf. Archer, Reseña, (pp. 304–7 <strong>del</strong> original en inglés) y A. F. Kirkpatrick, The<br />

Doctrine of the Prophets [La doctrina de los profetas], Macmillan, Londres, 1897.<br />

http://es.scribd.com/Benami_77

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