Hacia una Teologia del Antiguo Testament - Walter C. Kaiser Jr_
- No tags were found...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
http://es.scribd.com/doc/97117904/<strong>Hacia</strong>-Una-<strong>Teologia</strong>-Del-<strong>Antiguo</strong>-<strong>Testament</strong>o-<strong>Walter</strong>-c-<strong>Kaiser</strong>-Hijo<br />
segunda novena. Sin embargo, este climax lo supera de nuevo el mensaje final de cielos nuevos y<br />
tierra nueva.<br />
En cada <strong>una</strong> de las tres secciones hay <strong>una</strong> figura central. En Isaías 40–48 la figura clave es un<br />
héroe que vendría <strong>del</strong> oriente para redimir a Israel <strong>del</strong> cautiverio, a saber, «Ciro». La revelación de<br />
este héroe, que vino en medio de la disertación (44:28–45:10), sirvió como un gran reto a los ídolos y<br />
deidades aceptadas en aquel día para hacer lo mismo por el pueblo. Sin embargo, su incapacidad para<br />
predecir el futuro podría conducir a <strong>una</strong> sola conclusión: Yahvé era en realidad el único Dios y ellos<br />
eran totalmente nada.<br />
En Isaías 49–57 la figura central es el «siervo <strong>del</strong> Señor», quien combinaba en su persona todo el<br />
pueblo de Israel, el profeta, la institución profética y el Mesías en su papel de Siervo. De nuevo la<br />
descripción culminante y su más importante obra se encuentran en el punto medio de esta segunda<br />
novena: 52:13–53:12. En realidad, la salvación efectuada por este siervo tiene aspectos objetivos y<br />
subjetivos (54:1–56:9), y su final y concluyente obra involucraría la glorificación de toda la<br />
naturaleza.<br />
La tercera novena, 58–66, triunfalmente anuncia el amanecer de un nuevo día de salvación para<br />
la naturaleza, las naciones y los individuos. En el centro de la misma se encuentra un nuevo principio<br />
de vida: el Mesías lleno <strong>del</strong> Espíritu (61:1–63:6), quien llevaba los poderes y dignidades de los<br />
oficios profético, sacerdotal y real.<br />
De esta manera, en cada novena sucesiva se alababa otro aspecto de la divinidad y <strong>del</strong> obrar de<br />
Dios. En orden, los énfasis en las personas de la divinidad son: Padre, «Siervo» (Hijo) y Espíritu<br />
Santo. En obra son: Creador, Señor de la historia, Redentor y soberano Gobernador sobre todo en las<br />
postrimerías. Las cinco fuerzas principales en el mensaje de Isaías son: Dios, el pueblo de Israel, los<br />
hechos de salvación, el profeta y la palabra de Dios. Finalmente, este mensaje aún tiene varias<br />
características distintivas de estilo. Tiene <strong>una</strong> plétora de divinas autoafirmaciones tales como «Yo<br />
soy el primero y el último», o «Yo soy Yahvé», <strong>una</strong> larga serie de frases participales seguidas a la<br />
fórmula «Así dice el Señor», o «Yo soy el Señor» que continúan a detallar su especial carácter y un<br />
profuso número de palabras aposicionales que aparecen después de los nombres de Yahvé o Israel,<br />
así como <strong>una</strong> gran abundancia de verbos para describir la obra de juicio o salvación de Yahvé. Tal es<br />
el estilo de esta magnífica sección <strong>del</strong> AT. Sin embargo, analicemos cada <strong>una</strong> de estas novenas por<br />
turno para examinar esa teología más de cerca.<br />
1. El Dios de todos (Is 40–48). El tema <strong>del</strong> llamado de Isaías regresa en esta sección mientras que<br />
la santidad y justicia de Dios se alaban constantemente. Dios es «el Santo» (40:25; 41:14, 16, 20;<br />
43:3, 14; 47:4; 48:17, y continúa en secciones posteriores en 49:7 bis; 54:5; 55:5). También es justo<br />
(sedeq), esto es recto, justo y fiel a <strong>una</strong> norma, su propia naturaleza y carácter. Su justicia podría<br />
verse mejor en su obra de salvación porque a menudo el profeta une su justicia y su actuación en la<br />
promesa <strong>del</strong> pacto (p.ej., 41:2; 42:6–7; 46:12–13, note más a<strong>del</strong>ante 51:1, 5–6, 8; 54:10; 55:3; 62:1–<br />
2). Solamente de Dios podría decirse: «Él es recto» (41:26) o él es «un justo Dios y Salvador»<br />
(45:21), quien declara «lo que es recto» (v. 19) y quien acerca a los hombres a su justicia (46:13).<br />
Su naturaleza se ve sobre todo en su singularidad y autosuficiencia. En el famoso juego de seis<br />
variaciones que hace Isaías de la fórmula de autoafirmación, presenta lo incomparable 17 que es<br />
Yahvé: Al lado de él no hay otro Dios (44:6, 8; 45:5–6, 21). Así la pregunta se mantiene: «¿A quién<br />
me compararéis?» (40:18, 25; 46:5). Las formas de autoafirmación 18 son:<br />
«Yo soy Yahvé» o «Yo soy Yahvé tu Dios»<br />
17<br />
Para un excelente estudio de este concepto véase C. J. Labuschagne, The Incomparabitity of Yahveh in the<br />
Old <strong>Testament</strong>, E. J. Brill, Leiden, Países Bajos, 1966, esp. pp. 111–12, 123ss., 142–53.<br />
18<br />
Vea la discusión de Morgan L. Phillips, «Divine Self-Predication in Deutero-lsaiah» [Autopredicción divino<br />
en el Deutero-Isaías], Biblical Research [Investigación bíblica], 16, 1971, pp. 32–51.<br />
http://es.scribd.com/Benami_77