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Hacia una Teologia del Antiguo Testament - Walter C. Kaiser Jr_

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http://es.scribd.com/doc/97117904/<strong>Hacia</strong>-Una-<strong>Teologia</strong>-Del-<strong>Antiguo</strong>-<strong>Testament</strong>o-<strong>Walter</strong>-c-<strong>Kaiser</strong>-Hijo<br />

La situación es exactamente como Patrick Fairbaim la calculó:<br />

En este bosquejo que presentamos, sobre todo por la manera feliz en que este se relaciona de principio a fin y<br />

que muestra la analogía que hay entre el método que Dios usa para obrar en la naturaleza y en la gracia, solo<br />

notamos algunos de los eslabones principales. Cuando examinamos el asunto más detalladamente,<br />

descubrimos mucho más <strong>del</strong> despliegue progresivo de la primera promesa y la interrelación entre ella y las<br />

profecías posteriores y la interrelación entre esta y las subsiguientes profecías y de nuevo esta con cada <strong>una</strong>. 7<br />

Así que en la creación, a la primera palabra de Dios de la promesa bendición le siguió la palabra<br />

embrionaria en Edén que se dio a la simiente de la mujer: Habría <strong>una</strong> Simiente victoriosa sobre <strong>una</strong><br />

simiente de Satanás que ataca. Esta palabra se amplía antes de llegar a los tiempos de Abraham,<br />

cuando Noé bendice a Sem para que este forme <strong>una</strong> raza o linaje en cuyas tiendas moraría Dios. Así<br />

que, los asuntos clave en este tiempo prepatriarcal fueron «bendición», «simiente» y <strong>una</strong> raza en<br />

medio de la cual «moraba» Dios.<br />

Los patriarcas también recibieron libremente la bendición de Dios en un heredero («simiente»),<br />

<strong>una</strong> herencia («tierra») y un patrimonio («serán bendecidas todas las naciones», el evangelio según<br />

Gálatas 3:8).<br />

Al principio, la Era Mosaica destaca a Israel como «hijo» de Dios, su «primogénito». Con el<br />

éxodo, Dios llamó a Israel para que fuera ambas cosas: «real sacerdocio y nación santa» para él.<br />

Subordinada a esta privilegiada elección suprema, había un llamado al servicio. Israel debía ser santa<br />

y limpia. «Santa» significaba que Israel debía permanecer apartada por completo para Dios en<br />

cuerpo, alma y vida. «Limpia» quería decir que la llamaba a estar preparada y apta para adorar a<br />

Dios. Las instrucciones en cuanto a la debida moralidad se eslabonaban al carácter permanente de<br />

Dios y su obra en el éxodo. Asimismo había provisión, mediante un sistema de sacrificios, para<br />

restaurar el divino favor de Dios en caso que por cualquier falta humana cometida se violaran las<br />

normas morales.<br />

Los asuntos de la Era Premonárquica giran en torno al «descanso» de Dios, el Espíritu de Dios, el<br />

arca <strong>del</strong> pacto y el mandato de amar, temer y servir a Dios con todo el corazón, alma, fuerza y mente.<br />

Para David, esto era <strong>una</strong> dinastía («<strong>una</strong> casa»), un «trono» y un «reino». Para Salomón el «temor<br />

de Dios» fue el principio de la sabiduría, vida, conocimiento y conducta. Asimismo, el palacio<br />

simbolizó la era anterior a la monarquía, sobre todo durante los días gloriosos de David, el templo y<br />

la casa edificada por la sabiduría fueron las señales de la era salomónica.<br />

Entonces, los profetas tomaron en secuencia los aspectos <strong>del</strong> día <strong>del</strong> Señor, el siervo <strong>del</strong> Señor, el<br />

nuevo pacto, el reino de Dios y el triunfo <strong>del</strong> plan de Dios.<br />

Sin embargo, todo pertenecía a un solo plan. Paul Caspari lo resumió así:<br />

Los profetas <strong>del</strong> <strong>Antiguo</strong> <strong>Testament</strong>o forman <strong>una</strong> sucesión regular; son miembros de <strong>una</strong> cadena continua,<br />

intacta … Por lo tanto, cuando el Espíritu de Dios vino a un profeta y con fuerza lo obligó a profetizar (Am<br />

3:8), naturalmente sucedió en primer lugar, que aquí y allá, alg<strong>una</strong>s veces más y otras menos, vistió lo que el<br />

Espíritu le impartió con las palabras de uno u otro de los profetas que había oído o leído. Las palabras de su<br />

antepasado profético se adhirieron a su memoria y formaron parte <strong>del</strong> vocabulario que usó el mismo Espíritu.<br />

En segundo lugar, el profeta posterior se adhirió al punto de vista profético <strong>del</strong> anterior y en el poder <strong>del</strong><br />

Espíritu profético … o lo confirmó de nuevo con <strong>una</strong> promulgación fresca o lo amplió completándolo. 8<br />

Y se puede decir lo mismo en cuanto a todo el canon <strong>del</strong> AT.<br />

La provisión para asuntos únicos<br />

No todo fue <strong>una</strong> repetición dulce ni <strong>una</strong> reformulación de las palabras de uno o más de los<br />

antepasados <strong>del</strong> escritor para <strong>una</strong> situación nueva. Había, como dijo Caspari, «<strong>una</strong> promulgación<br />

7<br />

Patrick Fairbairn, The Interpretation of Prophecy [La interpretación de la profecía], 2 a ed., T.&T. Clark,<br />

Edimburgo, 1856, p. 185.<br />

8<br />

Como lo cita Fairbairn, Íbid., p. 199.<br />

http://es.scribd.com/Benami_77

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