Su historia y su obra

motín; la calma se restableció en 1879 y los deportados fueron devueltos a sus casas. Pero
la inquietud de la clase trabajadora no se reducía a la huerta sino que se muestra en los
años siguientes, al compás de la depresión económica, también en la ciudad. En 1882 se
desarrollaron huelgas de “blanquers” o curtidores y hubo otros conflictos laborales de
“fematers”, horneros y vendedores de hortalizas. Un año antes había renacido, en la
forma de Federación de Trabajadores de la Región Española, la corriente anarquista de la
Internacional, que había estado prohibida desde 1874; pero, aunque un congreso de la
misma que se celebró en el teatro Apolo en 1883 repudió la violencia de que hacía uso la
andaluza “Mano negra”, fue perseguida y disuelta por las autoridades, actuando en lo
sucesivo cada grupo sindical por su cuenta. En 1888 se fundaron en Barcelona el Partido
Socialista Obrero Español y la Unión General de Trabajadores, y se formaron grupos
socialistas en la ciudad de Valencia, en Játiva, en Elche y en Alicante, pero (salvo en las
últimas) no tuvieron gran fuerza (133) pues la mayoría de la militancia obrera valenciana
siguió la corriente anarquista, que terminó el siglo con una clara extensión por el campo.
Fue también el país valenciano el principal escenario de la acción del jesuita P. Vicent en
su fundación de círculos obreros católicos, de los que llegó a haber noventa y ocho (de
ellos, cuarenta en la diócesis valenciana), que estuvieron representados en el congreso
católico-obrero celebrado en Valencia en 1893. En su primera etapa de actividad, en los
años setenta y ochenta, la actitud de este sindicalismo católico fue de simple oposición al
socialismo, pero en los años noventa ya se defendió una agremiación apoyada en la
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CRIN HOTEL
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Palacio del Marqués de Dos Aguas, hoy Museo Nacional
de Cerámica.
Calle de En LIop. con el famoso ‘ nano”.