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Su historia y su obra

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A partir de 1932 hay una clara tendencia por la capitalización. El Gobierno<br />

buscando un abaratamiento del dinero con la baja de intereses hace que tanto las Cajas<br />

como los Bancos llegaran a un acuerdo o convenio que se tradujo en Ordenes, publicadas<br />

en la Gaceta de 15, 21 y 24 de junio, por las que el interés máximo que podría abonarse a<br />

los imponentes era del 4%. En esta misma línea el Ministerio de Trabajo. Sanidad y<br />

Previsión por una Orden de 26 de diciembre de 1934 establece con carácter obligatorio que<br />

a partir de primero de enero de 1935 los tantos por ciento fueran:<br />

—Cuentas corrientes a la vista: 1,5%<br />

—Imposiciones a plazo de tres meses: 3%<br />

—Imposiciones a 6 meses: 3,6%<br />

—Imposiciones a 120 más meses: 4%<br />

—Libretas ordinarias de ahorro: 3%<br />

Estos porcentajes aún descenderían más en septiembre de ese año como<br />

consecuencia de una Orden del Ministerio de Hacienda de 31 de agosto 1935.<br />

En el año 1933 resalta el establecimiento de las “Libretas de natalidad”, consistente<br />

en abrir una libreta con 5 pts. a todos los niños que nacieran en Valencia cada año. Sería<br />

ésta una cuenta que tendría gran éxito en los años siguientes. También en ese año se<br />

inauguré la sección de cuentas corrientes con interés y se creó un servicio de jubilaciones<br />

para empleados, independiente de la Caja cte Pensiones (8).<br />

En 1934 se establecieron con caracter obligatorio, por Orden ministerial, las tasas<br />

de intereses máximos, <strong>su</strong>primiéndose con ello los incentivos ofrecidos en otros<br />

establecimientos. De esta manera, como se observa desde la Caja, quedaban “únicamente<br />

como criterio de preferencia, los alicientes justos y legítimos del ahorro, a saber: la solidez,<br />

de la garantía y el convencimiento fundamentado en hechos de que las ganancias<br />

producidas por el ahorro revierten a la ciudad en <strong>obra</strong>s de acción social y benéficas sin<br />

interposición de personas e intereses particulares” (9).<br />

El ritmo de crecimiento en la Caja de Ahorros viene expresado por estas cifras que<br />

indican junto al año el número de operaciones y el movimiento de fondos: en 1929 se<br />

efectuaron ciento veintiuna mil operaciones por casi sesenta y seis millones y medio de<br />

pesetas de movimiento de fondos; en 1931, ciento trece mil operaciones con ochenta y<br />

cinco millones de pesetas. En 1935 se llega a tres millones y medio en saldo de<br />

imposiciones en libretas con interés, casi tres millones en plazos fijos; en total casi siete<br />

millones de pesetas.<br />

En cuanto a la calidad social de los imponentes se calculó que por ejemplo en 1935 el<br />

8% correspondería a capitalistas y profesionales no clasificados, el 7% a trabajadores<br />

intelectuales y el 85% a obreros manuales,<br />

260<br />

“queda, pues, patente que la inmensa mayoría. de nuestros imponentes perte<br />

necen a la clase humilde valenciana que, con <strong>su</strong>s virtudes domésticas, <strong>su</strong> tra<br />

bajo honrado y <strong>su</strong> espíritu de previsión, ha sabido crear, con la ayuda de la<br />

pulcra administración de nuestra Caja, esta benéfica Institución de Ahorro

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