Su historia y su obra

Después de haber analizado toda esta serie cte datos, queda bien palpable el
desarrollo experimentado por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia en estos
últimos veinte años. Sin embargo ha existido durante este tiempo una preocupación en
todas las Cajas de Ahorros. Nos referimos a las limitaciones a que están sujetas las Cajas
en su actividad y que les restan competitividad en relación a otras instituciones bancarias.
Las Cajas recibían un trato discriminatorio al tener intervenidos en 1976 un 67% del total
de sus recursos computables que había de distribuirse entre fondos públicos y préstamos y
créditos de regulación oficial, mientras que en la misma época este porcentaje era del 25%
para Banca no industrial y del 18% para la Banca industrial.
Esta situación afectaba tanto a su rentabilidad como al servicio a su clientela. En el
primer caso, los beneficios de las Cajas se veían mermados por las escasas diferencias
entre los rendimientos de sus activos y de sus pasivos, al ser los primeros valores de bajo
tipo de interés. En el segundo caso, la misma baja rentabilidad de los activos impedía
ofrecer mayores tipos de interés a sus clientes. Además, esta estructura financiera impedía
un mayor apoyo a los intereses propios del ámbito de actuación de cada Caja.
En la actualidad, la reorganización del sistema financiero español está alterando la
situación de forma favorable para las Cajas. Para empezar se está procediendo a la
disminución progresiva de los coeficientes de inversión obligatoria, que quedará fijado en
un 35% para las Cajas y en un 21% para la Banca en algo más de seis años.
Además se han materializado dos viejas aspiraciones de las Cajas. En primer lugar
la “regionalización de las inversiones”, al tener que destinar las Cajas inversiones allí
donde desarrollan su actividad:
a) La mitad al menos, de sus inversiones en valores mobiliarios aparte de las
obligaciones en células para inversiones.
b) Tres cuartas partes, como mínimo, de sus restantes inversiones excluidos el
inmovilizado y las inversiones de la Obra Social. En este sentido, la Caja de Ahorros
siempre intentó, dentro de lo posible, invertir sus depósitos en proyectos e inversiones que
tuvieran como marco la Región Valenciana.
En segundo lugar, la antes citada autorización para descontar efectos comerciales
hará posible el acercamiento de las Cajas a las industrias locales con dificultades
financieras.
Todas estas medidas contribuirán positivamente a la normalización de nuestro
sistema financiero, al tiempo que permitirán un mayor apoyo regional de las Cajas. La
Región Valenciana se verá también favorecida por estos cambios y en este contexto, la
Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia está llamada a jugar un papel, si cabe,
aún más importante que hasta ahora.
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