Su historia y su obra

fechas precisamente comenzaban a estudiarse las libretas al portador, siguiendo esta
misma línea de facilitar más las operaciones de reintegro.
Hemos apuntado en varias ocasiones que uno de los problemas con que se encuentra
la Caja es el del excedente de capital que obliga a buscar nuevas inversiones, como
veremos, o a tomar medidas restrictivas. Una de las soluciones que se tomó con cierta
frecuencia fue limitar la cuantía de las imposiciones, pero esto resultó ineficaz porque los
clientes aumentaban el número de libretas. El Consejo de Administración de 4 de junio de
1886 autorizó a la Junta de Gobierno a rebajar el tanto por ciento para las cantidades
considerables al 3%, solución ésta que comenzó a aplicarse en marzo del año siguiente.
Como se observará en los cuadros estadísticos que añadimos al final de este capítulo,
los nuevos imponentes que en 1886 son 1.109, ascienden tres años después a 2.860 nuevos en
ese año con lo que suman 8.246. Este aumento registra la cifra más elevada —casi 3.000—
en 1894.
En 1896 se decide suspender la expedición de libretas nuevas al 4%, dejando
solamente las denominadas “de mayor cuantía”, al 3%, a fin de buscar un margen de
ganancias un poco superior ya que por los préstamos se cobraba un interés módico —del
4,5a16%.
En 1897 quedaban 13.272 libretas con más de 8,5 millones de pesetas.
Como elemento regulador para la Caja de Ahorros funcionan las imposiciones a
plazo fijo cuya limitación va en función de las necesidades del momento. Por ejemplo en
1883 sólo se admitieron 53 por 250.000 ptas. La admisión de este tipo de imposiciones es
en este período muy limitada pues el problema generalmente fue el contrario. Además hay
que tener en cuenta que la mayor parte de este tipo de cuentas se renovaban generalmente.
En el año 1887 este tipo de operaciones se regularon de nuevo estableciéndose diferencia
entre las imposiciones a plazo de un año, que devengarían un 4%, y las de seis meses, que
funcionarían al 3%. En 1896 existen 744 por un total de tres millones trescientas mil
pesetas.
Otro apartado es el que se refiere a los “Depósitos sin interés”. Se trataba de dinero
depositado en la Caja buscando la seguridad en su custodia. Las cantidades de los
depósitos y de lo depositado varía notablemente de un año a otro. Y así en 1883 se hicieron
72 por casi trescientas mil pesetas, y en 1886, 1222 por seiscientas mil pesetas. Es una
sección considerada por el establecimiento como “sumamente beneficiosa” y “de mucha
utilidad para las clases trabajadoras y personas de modesta posición”. En 1888 se hicieron
250; en 1892, 363 por millón y cuarto de pesetas. En 1893 este tipo de operaciones
comenzó a funcionar como Cuenta corriente.
Hemos apuntado en el epígrafe anterior con cuánta ilusión y esperanzas se
plantearon las “imposiciones escolares y de talleres”. Los resultados a lo largo de estos
años dejaron sin embargo bastante que desear. La tónica general que domina en este tipo
de cuentas es de descenso permanente. Podemos decir que siguen una vida lánguida y que
el aumento, el año que lo hay, es muy pequeño.
En resumen, el desarrollo general de las imposiciones en la Caja de Ahorros ofrece
un aumento cada vez mayor. El período que estudiamos termina con 25.552 imposiciones
de todas clases realizadas por más de ocho millones y medio de pesetas. En ese 1897
186