Su historia y su obra

Llegamos así a los Montes de Piedad propiamente dichos, de crédito en metálico.
Aunque sólo sea mencionando la existencia del Monte de Piedad del Hospital de Gracia de
Zaragoza, fundado en 1626 (17) y del Monte de Piedad de Cuellar que apareció en 1636
(18) llegamos al punto culminante en la aparición de Montes de Piedad en España: la
fundación del Monte de Piedad de Madrid, guía y ejemplo para el resto de los Montes
que aparecerán tras él.
La Historia del Monte de Piedad de Madrid cuenta con varios estudios (19), el más
completo, sin duda, es el de López Yepes y a él nos remitimos en las líneas que siguen.
Este Monte que abrió sus puertas al público el 1° de mayo de 1724, tuvo su origen en los
Montes italianos aunque se diferencia de ellos y de los europeos por tener dos
destinatarios de sus beneficios —los vivos y los difuntos— y por realizar los préstamos
sin cobrar intereses.
El fundador del Monte de Piedad de Madrid fue Francisco Piquer, capellán cantor
de las Descalzas Reales de Madrid, que nació en Valbona (Teruel) en 1666 y murió en
1739. En 1702 solicitó la impresión de su obra “Gritos del Purgatorio” a fin de dar a
conocer y recabar dinero para el Monte. Un año después ya había reunido 450 reales de
vellón, capital que fue incrementando con sus “Cajitas de Animas” donde acumulaba
las limosnas que procedían de los devotos de las ánimas y que conformaría el primer
capital, punto de arranque del Monte. Según López Yepes dos ideas fundamentales
arraigadas en Piquer son la base de su fundación: una devoción espontánea y natural
por las Benditas Animas del Purgatorio y un acendrado espíritu de caridad con
previsiones a largo plazo. El Monte de Piedad nacerá precisamente para remediar ambas
necesidades: el socorro de los vivos y el sufragio de los difuntos. En su génesis y
constitución jurídica se deja sentir profundamente la organización jurídica y adminis
trativa del Monte de Roma.
El primer acto público de la vida del Monte tuvo lugar en el cuarto de Francisco
Piquen El 3 de diciembre de 1702 festividad de San Francisco Javier colocó la primera
“cauta de Animas” en su habitación, llamó a sus familiares y amigos y les dijo:
“Sean VV. testigos de que este real de plata que echo en esta Caja, a de ser
el principio y fundamento de un Monte de Piedad, que Dios a de fundar
para sufragio de las ánimas y socorro de los vivos”.
En 1704 había colocado por las casas 137 cajitas que produjeron 4.781 Rs., cantidad
de dinero que se duplicó poco después de un año. Cinco años después comienzan sus
gestiones que llevarían a feliz término su proyecto. El 12 de febrero de 1713 se llevó a efecto
el otorgamiento de la escritura de donación. Francisco Piquer fue nombrado Agente,
Depositario, Diputado 1° y Administrador General de los Caudales de la Fundación. Una
Real Cédula del 7 de abril de 1718 nombraba a D. Pedro de Larreátegui y Colón Juez
Protector del Monte de Piedad y por otra dellO de junio,Felipe V expedía la Real Carta de
Privilegio de Fundación del Monte, incluyendo en ella los Estatutos por los que debía
regirse.
El mayor problema que se le planteó a Piquer fue el de cómo financiar la
institución. Los medios arbitrados fueron: limosnas particulares (rentas y mercedes
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