Su historia y su obra

al afligido, y suministrar con módico interés el capital de que carecen al labrador 6 al
artesano. Tal es el doble objeto de las Cajas de Ahorros y Montes de Piedad, que unidos en
benéfico consorcio estimulan el ahorro, precaven el riesgo de perder lo ahorrado, alejan la
tentacion de gastarlo improductivamente, lo multiplican, cual la tierra hace germinar y
multiplica la semilla depositada en su seno y son á la vez que manantial fecundo de
modesto pero honrado lucro para unos, de inagotable caridad para otros.
Despiertan además el espíritu de prudente y laudable previsión en las honradas
clases trabajadoras. El cariñoso padre y la amorosa madre que al contemplar la cuna de su
tierno hijo y formar planes sobre su porvenir, sienten atribulado su espíritu, al pensar que
algun dia podrá ser arrebatado de su hogar ó su taller, para pagar el tributo de sangre que
exige la defensa del Estado, saben y hasta pueden calcular con certeza matemática, que
llevando á la Caja de Ahorros semanal ó mensualmente, por médica que sea, la cantidad
que cabe siempre cercenar de los gastos domésticos, y más aun de francachelas y
diversiones, llegarán, sumando un ahorro á otro, y el interés anual al capital anterior, á
reunir un fondo suficiente para redimir á su hijo del servicio militar, ó para comprar las
herramientas y materiales necesarios para instalarlo en su oficio, ó el ajuar que ha de
formar la dote de su hija.
No de otra suerte las avecillas del cielo van recogiendo y llevando en su pico uno á
uno con admirable constancia e incansable actividad, los filamentos que entrelazados con
arte maravilloso, forman el nido que ha de cobijar á su tierna prole.
Son pues las Cajas de Ahorros y Montes de Piedad unos Establecimientos que
participan del triple carácter de económicos, caritativos y moralizadores. Por eso en todos
los paises merecen la predileccion de los gobiernos y obtienen el concurso gratuito y la
proteccion de las clases ilustradas y benéficas, que comprenden que vale más precaver que
remediar, y que no siempre es el óbolo alargado al mendigo, la limosna más agradable á
Dios y más útil á la sociedad. Valencia, que abriga en su seno y fomenta con el calor de la
caridad cristiana gran número de establecimientos consagrados al cuidado del demente,
del enfermo, del expósito, del huérfano y del anciano desvalido, ó que abren sus puertas
con sigilo cariñoso á la oculta fragilidad ó al vicio arrepentido, fué una de las primeras
ciudades que en España instaló bajo el patrocinio de su Sociedad Económica de Amigos
del Pais, Caja de Ahorros y Monte de Piedad, que marchó próspera y floreciente durante
algunos años. Causas de todos conocidas, y que sólo conviene recordar para precaverlas en
adelante, obligaron á aquel piadoso Establecimiento á cerrar sus exhaustas arcas durante
algunos años, hasta que renacido y vivificado nuevamente por el celo de la misma
Sociedad y por el generoso concurso de cuantas personas encierra Valencia distinguidas
por su nacimiento, por su ciencia, por su fortuna y por su caridad, vuelve á abrir sus
puertas en este solemne dia consagrado por la Ciudad al culto de su excelsa Patrona, á
quien como Madre de los Desamparados ofrece el tributo de una institución, que tiene por
objeto precaver el desamparo de unos, infundiéndoles hábitos de 6rden, de conomía y de
prevision, y socorrer el de otros, librándoles de las garras de la foraz y despiadada
usura.— He dicho.
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