Su historia y su obra

Históricamente las columnas de impositores, de reintegros y de incremento absoluto
reflejan mejor que cualquier otro dato las repercusiones económicas de los sucesos
políticos. La baja que se observa en 1908 obedece a la crisis de la guerra de Marruecos.
Destaca sobre todos el año 1914 con sentido negativo; después de él emergen con signo
psitivo los años 1919 y 1920, los “dulces años veinte”, como se los denomina en Historia.
De un análisis del cuadro se desprende que el número de impositores o cuentas pasó
de 17.887, que existían en 1897, a 74.772 al acabar el período, lo que supone un aumento
por año de 1.896 libretas. En términos relativos el incremento es de 317,36%, con una
tasa media anual de 10,58%. De otra parte, el saldo de recursos ajenos pasó de 15,37
millones a 88,55, lo que registra un aumento del 476,06%, con un promedio anual del
14,86%.
Desde 1898 a 1928 el número de imposiciones experimenta una subida de 45.058
(1.553 de promedio anual), lo que representa un porcentaje de 193,27% y un promedio del
6,66% al año. En igual período los reintegros alcanzan la cifra de 34.992 de aumento, que
en términos relativos arroja un 246,80% y una tasa media anual de 8,5%, guarismo algo
superior al número de imposiciones. Pero si consideramos la cuantía de esas imposiciones
los resultados son al contrario. El incremento del importe representa el 355,57% con un
promedio anual del 12,22%, mientras que el de los reintegros supone un aumento del
190,09%, con una tasa media anual del 6,55%.
En cualquier caso, tanto por el importe de las imposiciones como por el saldo, el
crecimiento de la Caja es constante y seguro.
7.2.— EL MONTE DE PIEDAD
Comprendía este sector los préstamos sobre ropas y efectos análogos y sobre alhajas.
Existían además depósitos de alhajas.
Muy variable en todo el período, por la desproporcionada alza o baja en la
valoración de los objetos de oro, plata, diamantes, piedras preciosas o brillantes. Especial
mente en momentos de crisis las pignoraciones de alhajas encontraban un remedio
saludable, porque por empeños cortos en número obtenían sumas estimables. Era en esta
clase de hipotecas donde los prestamistas jugaban su mejor baza. Por eso, en cuanto al nú
mero de empeños,el grueso lo componían los de ropas y efectos análogos; en cuanto al
importe tienen buena representación los préstamos sobre alhajas.
El cuadro que presentamos comprende los facilitados como nuevos y los de
renovación. No guarda relación, como puede verse, el número con el importe. Hay casos
en que siendo menor el número resulta mayor su importe, por la calidad de lo pignorado.
El cuadro muestra una relativa armonía hasta 1908 para adquirir después hasta
1915 un desequilibrio inusitado. Ello se debe, en su escala ascendente, a la apertura de
sucursales, y en su nivel ascendente o descendente, a los efectos producidos por la
239