07.05.2013 Views

Su historia y su obra

Su historia y su obra

Su historia y su obra

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

estos sectores en la Valencia del siglo XVIII. El primero soportaba, pese a las <strong>obra</strong>s de la<br />

monarquía “ilustrada” (Camino Real a Madrid, que se agregó en 1761 a una ruta<br />

bastante buena hacia el <strong>su</strong>r), las consecuencias de una mala infraestructura en las<br />

comunicaciones terrestres, reduciéndose la actividad mercantil por esta vía a la escala<br />

local o comarcal. El tráfico realmente importante era el marítimo, pero únicamente el<br />

puerto de Alicante se benefició de la pragmática de 1778 que liberaba el comercio con<br />

América, en tanto que la ciudad de Valencia no recibió la autorización para ello hasta<br />

1791, y <strong>su</strong>frió en ese y el siguiente siglo por la carencia de un verdadero puerto. Con todo,<br />

es por vía marítima por donde se exportaban los paños de lana (en particular, los<br />

alcoyanos) a América, los vinos y aguardientes al norte de Europa, y sobre todo la seda<br />

—tanto en rama como manufacturada— a las colonias de América y a Francia. Se ha<br />

pensado que el auge sedero valenciano se debió, en primer lugar, a esa exportación de<br />

materia prima hacia Francia (que <strong>su</strong>peraría al propio con<strong>su</strong>mo de la manufactura<br />

valenciana) y al monopolio ejercido sobre el mercado americano (3).<br />

Se trata de la más célebre e importante industria de la Valencia del Antiguo<br />

Régimen, con el mayor volumen de producción y el más alto número de talleres y obreros.<br />

<strong>Su</strong> apogeo estuvo —según V. Martínez Santos (4)— en el período comprendido entre 1750<br />

y 1790-93, en el cual llegó a haber en la capital del Reino algo menos de 4.000 telares,<br />

girando la organización material de la ciudad en torno a una actividad que daba empleo,<br />

al terminar el siglo, de modo directo a unas ocho mil personas (5). En aquel período no<br />

sólo la producción de la materia prima realizó grandes avances sino que también los<br />

maestros del Arte Mayor de la Seda tuvieron iniciativas comerciales, al tiempo que las<br />

instituciones económicas (la Junta Particular de Comercio, la Sociedad Económica de<br />

Amigos del País) se preocupaban por mejorar la calidad de la hilatura y la tintura de las<br />

sedas. Pero la verdad es que los adelantos técnicos fueron excepcionales (debidos a<br />

artesanos lioneses traídos por los Cinco Gremios Mayores de Madrid, o a iniciativas<br />

individuales de algunos maestros, como Joaquín Manuel Fos o José Lapayese) y que la<br />

manufactura valenciana se mantuvo en una fase “preindustrial”, con talleres de<br />

organización artesanal, y apoyándose —hecho esencial— en el hilado y torcido de la<br />

primera materia que los campesinos realizaban, tras la cría del gusano y la obtención del<br />

capullo, en <strong>su</strong>s pueblos y barracas. A este sistema de “putting-out” o de trabajo a<br />

domicilio, que no varió a lo largo del tiempo, se debió en gran medida el que se perpetuase<br />

la baja calidad de los tejidos de seda. Ahora bien, si éstos eran los rasgos estructurales de<br />

la más importante industria del país valenciano, las restantes ofrecían un cuadro general<br />

de artesanía tradicional, con la notable excepción de las manufacturas pañeras de Alcoy,<br />

que ofrecen ya un proceso de modernización desde mediados de siglo (6), en el cual no le<br />

siguen los otros focos textiles de Enguera, Onteniente, Bocairente y Bañeres, ni tampoco<br />

las sederías de Orihuela y San Felipe (Játiva) ni mucho menos la alpargatería de cáñamo<br />

de Elche o la esterería de esparto de Crevillente. Dejando aparte el caso alcoyano (y algún<br />

otro, más particular, como el de la fábrica de cerámica creada en Alcora por el conde de<br />

Aranda), el conjunto de los pequeños <strong>obra</strong>dores de tejidos, de curtidos o de otras<br />

producciones, que existían en casi todas las localidades, no escapaban a un carácter<br />

doméstico y primitivo, sin posibilidades de crecimiento, bien fuera por las trabas<br />

señoriales o bien por la básica falta de capitales (7).<br />

En definitiva, el desarrollo comercial e industrial no alteraba apenas la situación<br />

heredada de escasa significación social y política de los estamentos ciudadanos que lo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!