Su historia y su obra

Real órden de 31 de Agosto de 1877, sancionase el proyecto sin modificarlo en lo más
mínimo, circunstancia sumamente lisongera para sus distinguidos autores.
Obtenida ya la autorizacion legal, era preciso allegar recursos que formaran el
Capital social. Convocose al efecto por el Sr. Presidente de la Sociedad Económica una
reunion á la que asistieron multitud de personas acomodadas de esta Ciudad, invitándolas
á tomar parte en la suscricion de las acciones para poder dar cima al pensamiento. En el
acto quedaron suscritas más de ciento de las quinientas que se consideraban necesarias
para que la Caja pudiera comenzar sus operaciones; clara muestra de los caritativos
sentimientos que adornan á los hijos de la noble Valencia. Corrobora más este aserto el
hecho de que los patricios valencianos, aun léjos de su querida Ciudad, responden siempre
con entusiasmo y fé al llamamiento que se hace á su filantropía, puesto que muchos de
ellos escribian desde distintos puntos de España á los señores de la Comision para que se
contase con su óbolo, mirando como una distincion el contribuir al planteamiento de tan
magnánima idea, y merece entre todas especial mencion la oferta generosa del Exmo. Sr.
Marqués de Campo, de cuya carta dirigida al Sr. Navarro Reverter, tomamos el siguiente
párrafo, que es justo se consigne en esta Memoria (aun cuando mortifique la modestia del
ilustre valenciano) para hacer ostensible una vez más los distinguidos sentimientos que le
adornan.
Dice así:
“Tomo desde luego á mi cargo todo el capital que ustedes necesitan para fundar la
Caja de Ahorros y Monte de Piedad, 6 sea las 500 acciones de á 1.000 reales. Pero
comprendo que Valencia entera querrá contribuir á esta obra benéfica y es justo que tome
en ella participacion. En este concepto, suscribo las acciones que queden sobrantes,
cuantas se quieran, que así como estoy pronto á dar los 25.000 duros de las 500 acciones,
suscribiria tambien 1.000, ya que este Capital se destina á un fin tan noble y tan caritativo,
y la de procurar grandes bienes morales y materiales de las clases necesitadas y
menesterosas, en obsequio de las cuales estoy siempre dispuesto á hacer cuanto pueda y
alcancen mis fuerzas”.
Apenas terminó su lectura, se hizo eco el Escelentísimo Sr. D. Eduardo Perez Pujol,
en breves y espresivas frases, del sentimiento de gratitud de todos los presentes por el
desprendimiento del Sr. Campo y se acordó por unanimidad dirigirle un telégrama
dándole las gracias y aceptando su generoso ofrecimiento. Acordó asimismo la reunion,
que suscritas ya más de 600 acciones, se dejara ilimitado el número de las que habian de
componer el Capital social, pudiendo de este modo suscribirse los que por circunstancias
especiales no lo hubieran todavía verificado y desearan hacerlo, llegando hoy la
suscrición al número respetable de 848 acciones.
Vencidas las dificultades legales y obtenidos los recursos pecuniarios, reuniose la
Junta General de Accionistas en 17 de Octubre de 1877 y eligió de su seno el Consejo de
Administracion, segun dispone el Art. 13 de los Estatutos. Procedió después el Consejo á
nombrar de entre los individuos del mismo, la Junta de Gobierno, y ésta sin levantar mano
y con constante entusiasmo ha llevado á efecto todos los preliminares que son necesarios
para que funcione la Caja de Ahorros y Monte de Piedad. Se redactaron el Reglamento
interior (trabajo que honra en estremo al Contador D. Enrique de Velasco, y al
Vice Contador D. Francisco Mur), las instrucciones de servicio, los modelos de
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