Su historia y su obra

Enorme interés despertó entre los labradores humildes la operación llamada
Fomento de la Pequeña Propiedad Rústica, consistente en hacer propietarios a los
labradores de las tierras que trabajaban. En 1941 quedaba organizado este servicio con
frecuentes peticiones.
Al terminar el año 1941 finalizaba el plazo legal para que quedasen reconstruidos
los Registros de la Propiedad. Hay que significar que en la Provincia estaban destruidos
casi en su totalidad. Una vez cubierta esta importante laguna la sección de préstamos
hipotecarios recuperó su marcha normal y desde 1942 se despachan gran cantidad de
peticiones.
El sector de préstamos y créditos cobra auge desde 1943. Casi treinta millones
destinó la Caja en ese año a las necesidades de la zona en que operaba. La mayoría de
estos créditos iban destinados a los labradores, pero también se destinaban grandes
cantidades a la propiedad urbana, a mejorar el problema de la vivienda, a disminuir el
paro obrero y a embellecer la población.
En su proyección constante hacia las zonas agrícolas entendió la Institución que era
indispensable establecer un Seguro Mutuo de Ganado de Labor. Al efecto, en 1943 redactó
un reglamento que fue sometido a la dirección General de Seguros y al Servicio de Seguros
del Ministerio de Agricultura. Aprobado por ambos Organismos se popularizó en los
pueblos de la región. Pero dificultades surgidas en los Organismos Ministeriales
impidieron ponerlo en práctica hasta 1949, año en que una disposición del Ministerio de
Agricultura permitió su implantación. Fue inaugurado en Algemesí, Catarroja, Cuart de
Poblet y Ribarroja del Turia. Poco más tarde pasaba a todas las poblaciones donde la Caja
estaba establecida.
En 1956 habían alcanzado los préstamos una cantidad muy notable, hasta el punto
de que el legislador, vario y múltiple en cuanto a Cajas de Ahorro se refería, asocia las
Cajas a la concesión de préstamos complementarios para Viviendas de renta limitada.
Pero el Instituto Nacional de la Vivienda reconoce a la Caja de Ahorros y Monte de
Piedad de Valencia la magnífica labor que desarrolla a través de su Obra Social Viviendas
para el Empleado, declarándola exenta de construir viviendas, como empresa con más de
cincuenta productores, y reconociendo, en oficio enviado al efecto, los méritos contraídos
a este respecto por la Entidad.
Con motivo de la asoladora helada de aquel año el Servicio Nacional del Crédito
Agrícola y la Caja firmaron un concierto para la concesión y distribución de los llamados
“Préstamos por la helada” por una cuantía global de ciento veinte millones de pesetas.
Esto, aparte de la estrecha colaboración que la Caja mantenía con el Servicio
Nacional del Crédito Agrícola, colaboración que aquel año significó ensanchar los
conciertos existentes en ochenta y nueve millones más.
El adjunto cuadro muestra la gráfica ascensional alcanzada por este sector.
Comprendía las siguientes modalidades: Préstamos hipotecarios, préstamos y créditos
sobre valores, préstamos con garantía de plazos fijos, préstamos con garantía personal,
con garantía agraria, créditos corporativos y operaciones para el fomento de la pequeña
propiedad rústica. Destacaremos separadamente los créditos corporativos y los concedi
dos a la pequeña propiedad rústica y englobaremos los restantes en una única
clasificación.
315