Su historia y su obra

Hasta fines del siglo XVIII podemos decir que la Económica Valenciana desarrolló
con efectividad y método los postulados que exigieron su erección. En el siglo XIX, con la
incursión napoleónica por un ladó y con el agitado período político que le siguió después,
se produce un eclipse que seprioñga de hecho hasta 1836. La R.O. de 14 de febrero de
ese año vuelve a abrir horizontes&l país y a sus Instituciones. Es precisamente este espacio
de tiempo, de 1833 a 1853, el qu señala un auge inusitado, que se traduce en múltiples
obras de reconocido rendimiento para Valencia, a las que las circunstancias proporcio
naron un prodigioso esplendor y una coherencia sinérgica de enorme peso específico. Como
hemos visto, comienza a trabajar en la fundación de una Caja de Ahorros en 1831; “tenía
organizados premios a la pintura y tomó parte —quizá la más principal y acaso la decisiva—
en magna la obra de la conducción de aguas potables a Valencia y en el establecimiento de
las fuentes públicas desde 1842 a 1853; cooperó con su iniciativa y asistencia constante al
nacimiento de las Escuelas Municipales de adultos, discute ampliamente la cuestión de
riegos en relación con la antigua legislación valenciana y el problema agrícola y arancelario
del arroz, la urgencia de la guardia rural, la cuestión de la seda y las obras del puerto; se
esfuerza además por difundir por todo el país sus Memorias impresas y süs cartillas
popülares sóbre abonos y varios asuntos agrícolas e industriales, proyectando además la
creación de una escuela industrial y la construcción de barrios obreros” (20).
En 1839 comienza la publicación del Boletín Enciclopédico, con fines culturales e
informativos. Lo mantuvo durante varios años, y sus números debidamente coleccionados,
forman dieciséis tomos de valiosa utilidad. En 1833 llevó a cabo la fundación de la Escuela
Científico-Artística. Entre 1839 y 1842 se suceden varias creaciones singulares; la
Caja-Banço, la Academia de Comercio, salas de asilo para párvulos desamparados, la
Sociedad de Seguros Mutuos Contra Incendios, campos de exposiciones de flores y frutos
en la capital y, por último, entre 1859 y 1851, la Escuela de Música.
La Sociedad EconómIca Matritense apoyó esforzadamente el establecimiento del
servicio meteorológicó propuesto por la de Valencia y,ál llevar a término los trabajos que
culminaron en la erección de la Caja de Ahorros madrileña, mantuvo el rescoldo dejado vivo
por Valencia desde 1831 para la aclimatación en España de esta clase de instituciones.
Tal ejecutoria de servicios se mantuvo hasta 1878, año en que se lleva a cabo la
definitiva fundación de la actual Caja, que es la obra magna que perdura de la histórica
institución levantina.
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