Su historia y su obra

5.— EL CINCUENTENARIO
Se cumplía el 12 de mayo de 1928. La Caja se fue acercando a él con la seguridad y
confianza del que ha vencido al tiempo. Lo conseguido hasta entonces le había procurado
reconocimiento y respeto; arcanamente le pronosticaba una cosa ardua y contingente: la
continuidad.
Pero las efemérides conllevan algo de innovador y cambiante, significativo, para
quienes las contemplen con ojos de presente el dinamismo y testimonio del progreso del
tiempo. La continuidad para la Caja no podía ser estática o contemplativa. Contentarse
con lo hecho. Debía ser ágil y creadora. Entendió que la continuidad debía plasmarla en
una obra que reuniese en sí misma la movilidad de cincuenta años de servicio y la
amplitud que había conseguido la operativa de la Caja en ese tiempo. Proyectó para ello
un edificio de nueva planta. Tanto como la efemérides lo imponía la necesidad.
Huyendo del capricho y del alarde concibió un edificio funcional en el que la
multiplicidad de los servicios se desarrollara con el orden y soltura que no permitían los
acosos a que se veía sometida la estructura actual.
Se dio al plan impronta de urgencia. Hacia 1926, el Banco Hispano Americano
había estrenado nueva sede social y dejado vacía una colosal planta, que de momento
podía llenar las exigencias de la Caja de Ahorros. A fin de que las nuevas obras no
interrumpiesen el normal funcionamiento de las oficinas, convino con el Hispano el
alquiler de la estancia abandonada, por el tiempo necesario.
Varios planos fueron presentados al Consejo para elegir entre ellos, junto a lo
funcional y expeditivo en la combinación de pisos, salas y despachos, lo bello y entonado
con el enclave arquitectónico de la zona urbanística en que se situaba. El edificio,
emplazado en la calle del Mar, debía llevar un chaflán a modo de mayestática portada que
junto a los atavíos del arte uniese gallardía y magnificencia. Reformas imprevistas y
tardías del Ayuntamiento obligaron a modificar los planos y prescindir del chaflán. Debía
ser de piedra en su totalidad, combinada con otros materiales nobles, que sin eliminar la
consistencia diesen a la fábrica variedad ornamental y prestancia moderna. Su conjunto
debía perpetuar, con alto significado de recuerdo y gratitud, los esfuerzos, sacrificios y
desvelos que las generaciones pasadas pusieron en la cimentación física y espiritual de la
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