Su historia y su obra

implantándose a modo de “enclave” ajenos al artesanado tradicional. Así mismo, los
grandes proyectos industriales de última hora, IV Planta, Ford, IBM (a los que
posteriormente se hace referencia), por las razones que acabamos de exponer no se
enmarcan en el modelo de industrialización conformado históricamente en la Región
Valenciana.
Es obligado poner de relieve el hecho de que el proceso de industrialización
acaecido en la Región Valenciana en la década de los años sesenta se ha caracterizado por
ser espontáneo, sin que la política económica instrumentada a nivel del Estado español
haya operado de una forma activa. En efecto, no han intervenido los aranceles
proteccionistas, las subvenciones estatales, la concesión de estímulos fiscales, las acciones
de localización industrial, etcétera. La adecuada articulación de una política económica
autónoma a nivel de la Región Valenciana, es una necesidad acuciante para la
consoliclación del proceso de industrialización.
Una vez vistas las peculiaridades del modelo de industrialización de la provincia de
Valencia, inserta en el marco de la Región Valenciana, el paso siguiente será poner de
manifiesto el papel jugado por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia de cara
a la industrialización valenciana, tanto como institución financiera a su servicio como en
la promoción de iniciativas y realización de todo tipo de acciones en orden a dar respuesta
a la problemática económica que plantea globalmente.
Por lo que a este último punto respecta, la información contenida en las Memorias
de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Valencia de los últimos veinte años es un fiel
exponente de las vicisitudes que ha ido atravesando el ciclo de crecimiento industrial en
nuestra provincia durante este período. En efecto, en los primeros años de la década de los
sesenta se hacía mención del despertar de la industria valenciana, concretamente con el
auge ‘que iban adquiriendo las manufacturas como muebles, juguetes, lámparas, etc.; y ya
por el año 1964, se vislumbraba la crisis en la agricultura tradicional, y como contrapunto
un sector industrial en marcha, hechos a los que venían a referirse los informes de las
Memorias por aquellos años, afirmando en 1964 que “en la agricultura, se acusa, en
general, un descenso en el producto. Quizás uno de los problemas principales que el sector
agrícola tiene planteado es el de la escasez progresiva de mano de obra, unido a la
dificultad que implican sus estructuras para introducir debidamente la mecanización en el
cultivo. En el sector industrial se observa un incremento de la producción bruta que se
evalúa para el período 1961/1964, en una tasa anual acumulativa que se aproxima al 9 por
100. Si bien se acusa en el área provincial una tendencia creciente a la industrialización,
que origina un aumento de la productividad, no se manifiesta esta plausible orientación en
todos los sectores”.
La urgente necesidad de disponer de una serie de estudios que abordaran la
problemática de la industria valenciana impulsó a la Caja de Ahorros y Monte de Piedad
de Valencia, conjuntamente con el Banco Urquijo, a constituir PREVASA (Promociones
Económicas Valencianas, S.A.) en el año 1965 “con la esencial finalidad de promover
entre las iniciativas empresariales la creación de industrias que beneficien el desarrollo
regional”, tal como se mencionaba en la Memoria de la Entidad de aquel año.
La actuación de esta Sociedad se concretaría con la proyección y organización de las
“Jornadas de Estudio de la Economía Valenciana” en julio de 1967, en el mismo año la
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