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Gentileza: Servicio Aerofotogramétrico <strong>de</strong> la Fuerza Aérea <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, SAF.<br />
Los vínculos <strong>de</strong>l Estado con la Iglesia son muy profundos y<br />
continuaron tras la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. De hecho, el Templo Votivo<br />
<strong>de</strong> Maipú surgió <strong>de</strong>l compromiso <strong>de</strong> O’Higgins con la colonial<br />
advocación a la Virgen <strong>de</strong>l Carmen, a quien se encomendara<br />
durante la batalla <strong>de</strong> Maipú.<br />
3. Lo político y lo cultural, espacio para el cambio<br />
La formación <strong>de</strong>l Estado en Latinoamérica<br />
3.1 Logros políticos<br />
Existe coinci<strong>de</strong>ncia entre los historiadores, que la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />
chilena y americana fue un cambio fundamentalmente<br />
político. La formación <strong>de</strong> un Estado<br />
central fue el mayor logro alcanzado por las nuevas<br />
naciones americanas; la mayoría <strong>de</strong> ellas siguiendo<br />
un camino tortuoso y largo, en el caso <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, admirablemente<br />
rápido. Sin embargo, en nuestro caso se<br />
tuvo que aceptar que el cambio se hiciera bajo ciertas<br />
condiciones propias <strong>de</strong> una sociedad tradicional, es<br />
<strong>de</strong>cir, tutelado por un Estado en manos <strong>de</strong> la elite,<br />
autoritario y sin vulnerar el or<strong>de</strong>n social establecido.<br />
El or<strong>de</strong>n republicano, aunque aristocrático, fue la herencia<br />
más innovadora que la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia legó a<br />
nuestro país. La valoración <strong>de</strong> un marco constitucional<br />
que regulara las relaciones políticas, la necesidad<br />
<strong>de</strong> dividir los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong>l Estado, el mecanismo <strong>de</strong> las<br />
votaciones para acce<strong>de</strong>r al po<strong>de</strong>r, y al menos el reconocimiento<br />
<strong>de</strong> la igualdad jurídica <strong>de</strong> las personas y<br />
<strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos individuales, fueron herencias que se<br />
proyectan hasta nuestros días.<br />
A fines <strong>de</strong>l siglo XIX, los diferentes países <strong>de</strong> Latinoamérica habían llegado a construir el Estado<br />
central buscado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. La formación <strong>de</strong> un Estado central implicaba<br />
lograr que este fuera consi<strong>de</strong>rado la autoridad suprema por encima <strong>de</strong> cualquier otro po<strong>de</strong>r<br />
(una región, una facción política o una familia). En los países <strong>de</strong> Latinoamérica, el Estado<br />
central se fue formando a través <strong>de</strong> un proceso que duró varios años, en medio <strong>de</strong> guerras<br />
y revueltas.<br />
Tener una constitución escrita era una base para la formación <strong>de</strong> un Estado. Pero que la<br />
constitución fuera respetada y, por en<strong>de</strong> también el gobierno central, era algo bien distinto<br />
y muchas veces implicaba un difícil proceso. México solo tuvo un Estado central fuerte en<br />
1876, casi veinte años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> sancionada su constitución liberal. En Argentina la Constitución<br />
<strong>de</strong> 1853 había logrado el consenso <strong>de</strong> las provincias, pero Buenos Aires no la aceptó<br />
en un principio y formó un Estado separado <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong>l país durante casi una década.<br />
Cuando por fin todas las provincias se unificaron, las luchas continuaron duramente casi<br />
veinte años. Finalmente en 1880, fue la provincia <strong>de</strong> Buenos Aires la que se rebeló contra el<br />
Estado central y fue vencida por las tropas <strong>de</strong>l general Julio A. Roca. Solo a partir <strong>de</strong> entonces,<br />
casi treinta años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> escrita la Constitución, pue<strong>de</strong> afirmarse la existencia <strong>de</strong> un<br />
Estado central en la Argentina.<br />
(J. Lynch, Las revoluciones hispanoamericanas, 1808-1826, Ariel, Barcelona 1989, págs 346 a 349.)<br />
<strong>Historia</strong> y Ciencias Sociales<br />
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