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TEMAS<br />
Las encomiendas tenían dos bases<br />
fundantes: la tributación por medio<br />
<strong>de</strong>l trabajo y la evangelización. Sobre<br />
ambas se establecieron las relaciones<br />
básicas entre los conquistadores y los<br />
indígenas. (Lámina <strong>de</strong> Trujillo <strong>de</strong>l<br />
Perú en el siglo XVIII, <strong>de</strong> Baltasar<br />
Martínez, Palacio Real <strong>de</strong> Madrid)<br />
66 <strong>Historia</strong> y Ciencias Sociales<br />
La organización <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong><br />
obra indígena<br />
1. La institución <strong>de</strong> la encomienda o repartimiento<br />
La encomienda fue la institución que organizó y reglamentó<br />
la mano <strong>de</strong> obra indígena, y surgió como<br />
respuesta a varios <strong>de</strong> los problemas que se produjeron<br />
durante el proceso <strong>de</strong> ocupación <strong>de</strong>l territorio<br />
americano, como eran las compensaciones que<br />
pedían los conquistadores a la Corona, el dar cumplimiento<br />
a la obligación <strong>de</strong> evangelizar y buscar<br />
mecanismos para cobrar los tributos a la población<br />
local.<br />
La encomienda o repartimiento fue la solución<br />
para la Corona española, ya que se <strong>de</strong>finió como<br />
una institución en la que se le otorgaba a un español<br />
(encomen<strong>de</strong>ro) el <strong>de</strong>recho para percibir los<br />
tributos que los indígenas, en su calidad <strong>de</strong> súbditos,<br />
<strong>de</strong>bían pagar al Estado español. A cambio, el<br />
encomen<strong>de</strong>ro tenía el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> cristianizar y cuidar<br />
material y espiritualmente a los indígenas a<br />
su cargo, proveyendo <strong>de</strong> todo lo necesario para<br />
enseñar los rudimentos <strong>de</strong> la religión católica y<br />
<strong>de</strong>sarrollar los servicios religiosos. La Corona estipuló,<br />
como contraparte, que los indígenas <strong>de</strong>bían<br />
trabajar para po<strong>de</strong>r pagar el tributo, asegurándose<br />
la mantención <strong>de</strong> la producción minera y agrícola,<br />
aunque mantenían su libertad; en tanto era obligación<br />
<strong>de</strong>l encomen<strong>de</strong>ro evitar el maltrato, darles<br />
vestimenta, alimentación y cuidarlos en sus enfermeda<strong>de</strong>s.<br />
A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las responsabilida<strong>de</strong>s con los<br />
indígenas, el encomen<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>bía cumplir obligaciones<br />
militares <strong>de</strong> servicio a la Corona. Cada vez<br />
que las circunstancias lo ameritaban, el encomen<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>bía organizar, financiar<br />
y dirigir su propia fuerza militar formando parte <strong>de</strong>l ejército vecinal para<br />
<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r el territorio <strong>de</strong>l rey.<br />
Es importante <strong>de</strong>stacar que la concesión <strong>de</strong> la encomienda no incluía las tierras<br />
<strong>de</strong> los indígenas y que el encomen<strong>de</strong>ro podía usufructuar <strong>de</strong> la encomienda solo<br />
por dos vidas, es <strong>de</strong>cir, se entregaba al beneficiario y a su sucesor directo.<br />
Una vez que vencía el plazo, los indígenas volvían a <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la Corona,<br />
quien podía volver a encomendarlos.