You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
“La toma <strong>de</strong> terrenos en la calle Guanaco” (octubre <strong>de</strong><br />
1969)<br />
Los pobladores se sintieron ahora aliviados y seguros,<br />
habían obtenido su primera victoria, el campamento<br />
fue bautizado <strong>de</strong> inmediato como “Población Pablo<br />
Neruda”. Si no era claro el número preciso <strong>de</strong> ocupantes,<br />
lo que sí fue claro para todos los dirigentes, que<br />
una vez asentado el campamento “se corrió la voz” y<br />
muchos más se animaron a incorporarse al movimiento.<br />
Así nos lo relató la señora Florcina Castro (...):<br />
“Yo no llegué el primer día, el 26 <strong>de</strong> octubre, yo llegué<br />
el 27 <strong>de</strong> octubre, el lunes en la mañana. Yo llegué <strong>de</strong><br />
Valdivieso, (...) venía <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong> mi trabajo (...) y me<br />
encuentro con mis vecinos y me dicen que había una<br />
toma <strong>de</strong> terrenos, y a mí, el hablar <strong>de</strong> toma <strong>de</strong> terrenos,<br />
yo había escuchado por ejemplo <strong>de</strong> Violeta Parra<br />
y como que tenía miedo también, y ellos me dicen, (...)<br />
Vamos, fíjese que ya se usa la toma <strong>de</strong> terrenos...”<br />
“Fíjese que ya se usa la toma <strong>de</strong> terrenos...” era una clara<br />
indicación <strong>de</strong> confianza en el movimiento para animar<br />
a la señora Florcina, pero probablemente también,<br />
que la “toma <strong>de</strong> sitios” comenzaba a expandirse como<br />
estrategia para obtener un lugar don<strong>de</strong> vivir. La señora<br />
Florcina, continúa su relato, indicándonos que esa noche<br />
caminó con sus vecinos un par <strong>de</strong> cuadras “dándole<br />
vueltas al asunto” hasta que las razones para tener un<br />
sitio pesaron más que sus temores, era madre <strong>de</strong> seis hijos,<br />
arrendaba, vivía con otros familiares y su salario solo<br />
alcanzaba para alimentar a sus hijos, entonces se preguntó,<br />
¿así cuándo iba a tener algo? Se dispuso entonces<br />
con sus vecinos a empren<strong>de</strong>r la aventura:<br />
“...tomé un niño que tenía ocho años... tomé a ese no<br />
más, lo levanté a él, hice un paquete, lo envolví en una<br />
cubrecama, tomé una ban<strong>de</strong>rita chilena que tenía sí<br />
chiquitita, se la pasé. Yo tomé un bolso, pasé a un almacén<br />
que estaba abierto, y compré pan y queso y salí<br />
para acá. Y hemos llegado allá... Harta gente como<br />
que quería entrar y llego a la puerta que había así,<br />
eran dos palos que estaban así y todo lo <strong>de</strong>más estaba<br />
abierto. Una tenía que pasar por ahí... El matrimonio<br />
que venía conmigo, él enfrentó primero y lo sigue su<br />
esposa con la niña en los brazos y yo con mi niño en la<br />
mano, lo sigo también. Y <strong>de</strong>ntro, con <strong>de</strong>cirle que yo, a<br />
él le preguntaron si llevaba carnet, yo y el esposo no<br />
llevábamos ni carnet, porque a mí, <strong>de</strong>sgraciadamente<br />
me habían robado la chauchera en la micro y se me habían<br />
perdido todos los documentos. Así que me fui así,<br />
a lo que Dios quiera. Y cuando me dan la pasada y entro<br />
por esos dos palitos que habían, así, <strong>de</strong> puerta que<br />
tenían, no sé cuál <strong>de</strong> uds. (se dirige a Luis Jerez y a Raúl<br />
Soto): “A<strong>de</strong>lante, pase” y caminamos [...]<br />
Llegamos a<strong>de</strong>ntro y hay unas señoras que eran vecinas,<br />
allá me dicen “sí, vengan compañeras, pase aquí, aquí,<br />
án<strong>de</strong>se aquí”. En filita se iban armando las carpas y nosotros<br />
llegamos y nos pusimos ahí”. “Enseguida pusimos<br />
el cubrecamas con los palitos que llevamos y la<br />
ban<strong>de</strong>ra, y nos instalamos. Y ahí, yo ya perdí el miedo<br />
porque no pasaba nada. Toda la gente andaba ahí conversando,<br />
mirando, viendo lo que estaban haciendo ¡Y<br />
me quedé, puh! [...]<br />
Hemos estado tres días sin po<strong>de</strong>r ir a la casa. Mi familia<br />
que había <strong>de</strong>jado en la casa no sabían nada <strong>de</strong> mí ni<br />
<strong>de</strong>l niño, ni <strong>de</strong> los otros vecinos que se habían ido conmigo.<br />
Estuvimos tres días durmiendo los dos, el matrimonio,<br />
tres niños <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> un cubrecamas. Ahí amanecíamos,<br />
llegaba la noche, nos sentábamos ahí con la ropa<br />
que teníamos, llegaba el día, nos levantábamos, nos<br />
sacudíamos un poco la tierra y hacíamos fueguito, hervíamos<br />
algo en una teterita... Ahí es don<strong>de</strong> hacíamos el<br />
<strong>de</strong>sayuno <strong>de</strong> los niños, estuvimos tres días y a los tres<br />
días nos dieron una tarjetita para i<strong>de</strong>ntificarnos nosotros.<br />
Después para po<strong>de</strong>r salir y que supiéramos que nosotros<br />
pertenecíamos ahí, a la toma <strong>de</strong> terrenos [...]<br />
Después, yo empecé a ir a mi casa para ir armando. Empecé<br />
a traer cubrecamas, a traer cartoncitos... Hicimos<br />
una carpita y nos metimos toda la familia que andábamos,<br />
pero sí que ahí, pusimos dos ban<strong>de</strong>ras para que<br />
supieran que ahí éramos dos familias, dos ban<strong>de</strong>ras...”<br />
Testimonio recogido por el historiador Mario Garcés, en Tomando<br />
su sitio. El movimiento <strong>de</strong> pobladores <strong>de</strong> Santiago,<br />
1957-1970. Lom Ediciones, 2002. pp. 390-391<br />
<strong>Historia</strong> y Ciencias Sociales<br />
309