13.07.2015 Views

Fundación Luis Chiozza

Fundación Luis Chiozza

Fundación Luis Chiozza

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

En una obra de Mark Twain, un negro norteamericano a quien están enseñándole francés ledice al personaje principal: “¿por qué si un francés quiere decir ‘cow’ (es decir, ‘vaca’), nolo dice, en lugar de decir ‘vache’?”. Este episodio produce un cierto efecto humorístico,como lo produce el preguntar por qué los ingleses, para decir “sin embargo”, suelen decir“como siempre” (how-ever). En primera instancia, lo que acabo de decir parece undespropósito y, por razones similares, durante muchos años se pensó que las traduccionestenían que ser traducciones de sentido, nunca literales. En la línea de pensamiento quesustenta las traducciones de sentido, however no significa “como siempre”, ya que no sedebe dividir arbitrariamente aquello que, como una palabra completa, ha pasado asignificar “sin embargo”. A pesar de este argumento, subsiste el hecho incontrovertible deque los italianos dicen, con el sentido de “sin embargo”, comunque, que (¡oh casualidad!)también quiere decir “como siempre”. ¡Ahora ya no podemos hablar de despropósito! Esimposible negar que nos encontramos frente a un tipo particular de relación entre elsímbolo y el referente. Veamos otro ejemplo. Los españoles llaman “cerilla” a ese pequeñoinstrumento para encender el fuego que nosotros, en Argentina, llamamos “fósforo”. Lositalianos lo llaman fiammifero, los franceses allumette, los ingleses match, y los alemanesStreichholz. En este punto es donde se suele sostener que, dado que un mismo referente esdesignado en distintos idiomas con diferentes palabras, no existe una relación “natural”específica entre las características del referente (el objeto designado) y el símbolo que lorepresenta (la palabra que lo designa). Existe únicamente la especificidad, en cada idioma,por obra de la cual si digo “fósforo” en Argentina, saben a qué me refiero, pero se trata deuna especificidad creada por una convención arbitraria. La cuestión, sin embargo, no seresuelve tan fácilmente. Podemos preguntarnos si ese pequeño instrumento para encenderel fuego, el mismo en todas las lenguas, es de veras el mismo. Podemos muy bien suponerque las diferencias de carácter entre los distintos pueblos los han llevado a experimentar surelación con ese instrumento de un modo diverso. Podemos pensar que los españoles hanpuesto el acento sobre la cera y por eso lo llaman cerilla; que los ingleses han puesto elacento en el encuentro entre el fósforo y el lugar donde se frota y lo designan match, que esuna especie de contienda; que los italianos lo denominan fiammifero porque ponen elacento en la llama; y que los franceses ponen el acento en la luz y lo llaman allumette. Setrata entonces, indudablemente, de un proceso por el cual un signo natural, una parte delobjeto designado, deviene un símbolo representante del conjunto entero, pero, si estamosde acuerdo en que los franceses experimentan de un modo distinto que los ingleses, que losalemanes, que los españoles y que los italianos su relación con un fósforo, también estamosdiciendo que, en el fondo, ninguno de ellos se encuentra con el mismo tipo de fósforo. Nosolamente no lo ve de la misma manera, sino que podemos pensar que tiende a construirlode un modo distinto. Salvo que los españoles sufrieran una influencia cultural muy intensa,lo cual a veces sucede, es muy probable que sus fósforos sean en verdad cerillas, así comoes muy probable que los fósforos alemanes sean en verdad de madera. En otras palabras:los habitantes de comunidades distintas “construyen” una imagen distinta del objeto queutilizan para un mismo fin. Si imaginamos que un alemán busca, en un restaurante español,algún mondadientes, y que, como no lo encuentra, se le ocurre usar un fósforo para ese fin,un fósforo que pide imaginando que le traerán un Streichholz (con el mango de madera), esevidente que se sentirá defraudado cuando le traigan una cerilla (con el mango de papelencerado). Dado que la cuestión es central para introducirnos en la comprensión delmalentendido, volvamos sobre el tema construyendo otro ejemplo. Imaginemos que unaconfitería, en Austria, prepara una torta de chocolate con fresas y que envía la receta deesta torta a dos sucursales, una en Francia y otra en Italia. Imaginemos también que a lositalianos les gusta más el chocolate que las fresas y a los franceses les gustan más las fresasque el chocolate. Es muy fácil pensar que con el tiempo la torta de fresas con chocolate deAustria, se llame torta de chocolate en Italia y torta de fresas en Francia y que, además, se105

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!