proyectos se distribuye entre ellos de manera distinta. Una metáfora nos permitirá expresarmejor lo que queremos decir. Si caminando por una calle, doblamos en una esquina paracaminar por otra, transversal a la primera, no sólo cambia lo que vemos cuando miramoshacia delante, también veremos que es distinto lo que dejamos atrás. Estamos aludiendo aun giro de noventa grados como símbolo de un cambio drástico, a veces catastrófico, perola vida está llena de cambios menores que suceden meramente por el transcurso del tiempoy que se acumulan. Así ocurre que un día nos sorprende, por ejemplo, que ha cambiadonuestro gusto por lugares, ambientes, personas, o aun por las comidas que hasta ayerdisfrutábamos. Ocurre, de pronto, que ya no caminamos por el mismo mundo que hastaayer recorríamos. La hermosa carta que guardábamos en el cajón del escritorio nos pareceahora empalagosa y cursi, y unas palabras que nunca valoramos, escritas como dedicatoriaen la portada de un libro que nos regalaron hace muchos años, nos conmueven hoy con unsignificado nuevo. Pero, como dijimos antes, hay cambios y cambios, y no todos sonbeneficiosos, porque a veces, cuando llegamos a una encrucijada, para evitar un caminoque nos atemoriza, recorremos un trecho irreversible en un desvío equivocado que nospareció menos malo.Weizsaecker decía que cuando un hombre se detiene en el camino que debe recorrer, élmismo se convierte en el obstáculo que estorba su progreso. Vale la pena insistir en estepunto, porque no sólo los hombres sino también los pueblos eligen a veces posiciones en lavida que no siempre son buenas pero que suelen ser estables, y que inicialmente no semuestran dañinas, obstruyendo de este modo por largos períodos o, peor aún,definitivamente, el camino que los hubiera conducido a realizarse en la plenitud de suforma. Aclaremos que, cuando se trata de individuos, la cuestión no sólo se refiere al haberelegido equivocadamente un divorcio, una procreación precipitada o la emigración a otropaís. Se puede pasar de ser ateo a ser un hombre religioso, o viceversa, como producto deun progreso cultural que conduce a un estado espiritual relativamente “estable”, máscomplejo y más rico, pero este cambio puede ser también el resultado de un retrocesointelectual que lleve implícito un deterioro mental. Cuando contemplamos el desarrollohistórico de la civilización humana nos encontramos con épocas en las cuales hablamos delflorecimiento de una cultura, y otras que nos inducen, sin duda, a pensar que en ellas sehan desarrollado culturas enfermas. Si dejamos de lado los casos en los cuales la crueldado la barbarie se manifiestan de manera grosera, debemos reconocer que el “diagnóstico”que nos permite hablar de una enfermedad cultural no siempre es sencillo. El renacimientoque se inició en Italia, por ejemplo, lleva ese nombre como resultado de considerarlo unnuevo nacimiento “hacia la luz” que clarifica racionalmente al intelecto, luego de habervivido en un “oscurantismo” medieval. Pero son numerosos los autores que hancuestionado una simplificación semejante, señalando que se ha basado en un pensamientoque privilegia el progreso material, exterior y “objetivo”, desconociendo que en la edadmedia se prestaba atención a la vida interior, profundizando en la introspección anímica yen la dimensión espiritual. Puedo decir muy poco acerca de esta polémica, pero nos sirvecomo ejemplo para aludir a un desarrollo cultural que atañe o, para decir mejor, aqueja anuestra época como una verdadera enfermedad de la cultura. Me refiero a la actitudmaterialista que nos ha conducido, privilegiando la exploración de los objetos del mundo, arelativizar los valores, precipitándonos en una crisis moral que crece con un ritmoacelerado. También, de más está decirlo, la elección que obstruye un camino saludableocurre en la vida individual ocultando, a veces durante muchos años, que el camino elegidodesembocará más tarde, sorpresivamente, en un callejón sin salida. Muchas veces,pensando que el futuro es un tiempo remoto, negamos que la “solución” adoptada porquese presenta como más fácil desembocará de pronto, un día, que solemos llamar “el díamenos pensado”, en un camino que no tiene retorno. La cuestión aun se vuelve más grave72
cuando, llegado ese día, intentamos evadirnos negando el cambio inevitable que ya se hainiciado.El valor afectivo en la culturaForma parte de nuestra naturaleza, del modo en que somos, en el equilibrio inestable queconfigura la vida, la nostalgia de volver a lo que hoy recordamos, recuperando algo quesentimos perdido, o el anhelo por algo que aún no hemos logrado. Si todo proyecto naceteñido de nostalgias y de anhelos, y si la cultura no es solamente la posesión de unproducto, sino además un proceso, toda cultura funciona, a partir de lo que tenemos y de loque somos, impregnada por el proceso de procurar tener lo que hoy no tenemos o de ser loque hoy no somos. Es necesario subrayar ahora que la cultura, como un producto que seposee o como un proceso en curso que se quiere o que se debe cumplir, naceconsustanciada con las necesidades de nuestra naturaleza inestable, y que la primeramanifestación de esa necesidad será siempre un afecto, una emoción que, cuandotranscurre amplificada, alcanza los bordes constituidos por la pasión y el padecer.Vale la pena reflexionar, aunque sea un instante, sobre el hecho de que cuando decimosque lo que fue ha dejado ya de ser, o hablamos de lo que todavía no ha llegado a ser, hayuna manera del ser, en el presente, de la cual lo pasado y lo futuro carecen. Lopresente posee una realidad material, una forma particular del existir, que es distinta de lamanera en que existen lo pasado y lo futuro. Todo lo pasado y todo lo futuro solamenteexisten en el alma, como recuerdo lo pasado, como deseo, o como temor, lo futuro, pero nose ven, no se oyen, no se tocan ni se huelen. Lo que recuerdo, lo que deseo o lo que temono existen realmente en el presente; sin embargo, el recuerdo, el deseo o el temor, síexisten ahora, y son actuales porque actúan hasta el punto en que determinan por lo menosuna parte de lo que ocurre en el presente de mi realidad material. De acuerdo con lo queseñala Weizsaecker, sucede entonces que forma parte de lo que ahora es, el que quiera,pueda, deba, esté obligado a o tenga permiso de, que sea algo que ya o todavía no es.La fuerza patética de esta realidad pasional, padecida, que Weizsaecker llama “pática”, esuna experiencia ubicua consustanciada con la condición humana. Recordemos, porejemplo, la famosa frase de San Martín: “Serás lo que debas ser o serás nada”. Nos damoscuenta ahora de que si la cultura en sus formas primitivas (como agricultura, por ejemplo)contribuyó a la creación de la noción de tiempo, el recuerdo y el deseo (o el temor), queconforman las nociones de pasado y de futuro, reintroducen el tiempo en la cultura y lacultura en la naturaleza humana, como una parte importante de su inestabilidad creativa. Setrata de una inestabilidad creativa “natural” que “contiene” distintos valores “culturales”dentro de una jerarquía de la cual depende nada menos que la posibilidad deencaminarse hacia un fin. En la neurosis obsesiva, que adjudica a todos y a cada uno de losdetalles una importancia pareja, y que tiende a impedir la elección que determina el cursode un emprendimiento, encontramos un ejemplo que, por contrafigura, nos revela laimportancia enorme de una organización jerárquica. No cabe duda de que algo que esvalioso lo será únicamente por su ubicación en una gradación de valores que lo coloca,dentro de una serie, entre un valor mayor y otro menor. Privado de esta relación con elentorno constituido por los otros valores todo valor desaparece, esfumándose en unrelativismo que desconcierta cualquier tipo de acción.Las cinco categorías páticas de Weizsaeker (querer, poder, deber, estar obligado o tener73
- Page 3:
ÍNDICEPáginaPROLOGO..............
- Page 6 and 7:
8- El canto de las sirenas debe esc
- Page 8 and 9:
UNOEl camino de los sueñosDiscépo
- Page 10 and 11:
por alguien, y que ese alguien no e
- Page 12 and 13:
FORMAR PAREJADosEl número dos inau
- Page 14 and 15:
mancomunamos. Ahora vemos que cuand
- Page 16 and 17:
alimentan las diferentes formas de
- Page 18 and 19:
completamente, ya que sus efectos p
- Page 20 and 21:
satisfacer. Cuando alguien emprende
- Page 22 and 23: concluir entonces que una pareja de
- Page 24 and 25: dependencia inconciente, un circulo
- Page 26 and 27: ENTRE PADRES E HIJOSLa concepción
- Page 28 and 29: muchos los que giran en el límite
- Page 30 and 31: modos en que transcurrirá más tar
- Page 32 and 33: manifiesta el íntimo desgarramient
- Page 34 and 35: exigen que se asuma plenamente la r
- Page 36 and 37: La separación de los hijosUna part
- Page 38 and 39: ofrecerle. Es claro que, durante lo
- Page 40 and 41: constituida por el padre, la madre
- Page 42 and 43: perdura toda la vida sin ocasionar
- Page 44 and 45: extremos, un tipo de “orfandad”
- Page 46 and 47: EL TRABAJO Y LA VIDA EN SOCIEDADEl
- Page 48 and 49: muchas páginas acerca del trabajo
- Page 50 and 51: mayor o menor capacidad para lidiar
- Page 52 and 53: identidad de un individuo y contrib
- Page 54 and 55: con su diversidad, constituye el re
- Page 56 and 57: constituye nuestra convivencia como
- Page 58 and 59: coincide, en aproximación grosera,
- Page 60 and 61: caminamos o comemos, por el solo he
- Page 62 and 63: la verdadera educación no consiste
- Page 64 and 65: al servicio de la supervivencia. Es
- Page 66 and 67: materializan las ideas en la realid
- Page 68 and 69: noción construida. Pasado y futuro
- Page 70 and 71: manifiesta como una enfermedad en e
- Page 74 and 75: permiso) se expresan con verbos, pe
- Page 76 and 77: Mientras pago la cuenta y oigo al m
- Page 78 and 79: histeria, se comprendía mejor como
- Page 80 and 81: existencia psíquica. La historia d
- Page 82 and 83: meta hacia la cual apuntamos nuestr
- Page 84 and 85: en los programas que la computadora
- Page 86 and 87: el alivio obtenido en esas condicio
- Page 88 and 89: permanece “en curso” y cuya int
- Page 90 and 91: LA MUERTE QUE FORMA PARTE DE LA VID
- Page 92 and 93: denominamos dormir, y la desaparici
- Page 94 and 95: informaciones grabadas, ideas, pens
- Page 96 and 97: lo que sabemos acerca de su vida. E
- Page 98 and 99: forma que su contorno dibuja. A est
- Page 100 and 101: EL MALENTENDIDOSobre el hablar y el
- Page 102 and 103: Las palabras como representantesTal
- Page 104 and 105: es siempre interpretar, y que no ex
- Page 106 and 107: fabrique con más fresas en Francia
- Page 108 and 109: La importancia de lo sobrentendidoE
- Page 110 and 111: Sobre los modos del decirEste tema
- Page 112 and 113: malentendido. Ese desencuentro, sin
- Page 114 and 115: EL CAMINO DE VUELTA A LA SALUDCuand
- Page 116 and 117: lo caracteriza lo que, por ejemplo,
- Page 118 and 119: Del mismo modo que una herida super
- Page 120 and 121: ser necesario para modificar, aunqu
- Page 122 and 123:
avatares que nos depara el presente
- Page 124 and 125:
comienzo que desemboca en las vicis
- Page 126 and 127:
coincidiendo con esa limitación qu
- Page 128 and 129:
que vivimos en “el presente” de
- Page 130 and 131:
que funciona cada vez en condicione
- Page 132 and 133:
LA RECUPERACIÓN DE LAS GANASLas ga
- Page 134 and 135:
tendríamos que conformarnos con un
- Page 136 and 137:
Otra de las conclusiones surgidas d
- Page 138 and 139:
clemencia, nos sentimos finalmente
- Page 140 and 141:
angustia, y el trauma del haber rec
- Page 142 and 143:
uno el trabajo de digerir, para emp
- Page 144 and 145:
Cuando Almafuerte, en uno de sus si
- Page 146 and 147:
LA SOLEDAD, LA DECEPCIÓN Y LA ESPE
- Page 148 and 149:
valores surgen de las importancias,
- Page 150 and 151:
temperatura ambiente, de modo que t
- Page 152 and 153:
Recordemos que la palabra “person
- Page 154 and 155:
vuestras últimas ilusiones”, dad
- Page 156 and 157:
tanto en lo que somos sino en lo qu
- Page 158 and 159:
Llegamos así a la conclusión de q
- Page 160 and 161:
cual todos y cada uno de nuestros d
- Page 162 and 163:
solamente extraemos, para reforzar
- Page 164 and 165:
Una vez reconocida la función fund
- Page 166 and 167:
acompaña a la ruina o como el plac
- Page 168 and 169:
Comprobamos, una y otra vez, que no
- Page 170 and 171:
que la seguridad retorne bajo la fo
- Page 172:
10-Navegar es necesario, vivir noCo