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Cómo conseguir que la otra parte apueste contra sí misma

Como hemos visto que hicieron Aaron y Julie con sus secuestradores, la mejor manera

de conseguir que la otra parte rebaje sus exigencias es decir «no» empleando preguntas

calibradas del tipo «¿cómo?». Estas negativas indirectas no predisponen en nuestra

contra al interlocutor del modo en que lo haría un «no» categórico y frontal que hiera su

orgullo. De hecho, esas respuestas sonarán tanto a contraofertas que la otra parte seguirá

negociando consigo misma.

Hemos descubierto que, de hecho, se puede decir «no» hasta cuatro veces antes de

pronunciar explícitamente la palabra.

El primer paso en esta serie de negativas es poner el ya conocido palo en la rueda:

«¿Cómo se supone que puedo hacer eso?».

Enúncialo con deferencia, de modo que parezca una solicitud de ayuda. Bien

utilizado, invita a la otra parte a ser partícipe de tu dilema y a solucionarlo ofreciendo

algo mejor.

Tras eso, viene alguna versión de «tu oferta es muy generosa y te lo agradezco, pero

creo que no me soluciona nada, lo siento», que es una forma elegante de decir «no» por

segunda vez.

La pregunta bien calibrada evita tener que hacer una contraoferta y el uso del término

«generoso» invita a la otra parte a serlo. La disculpa («lo siento») también suaviza la

negativa y genera empatía. (Ni caso a los autodenominados expertos en negociaciones

que afirman que disculparse es siempre un signo de debilidad.)

A continuación, usa alguna frase como «lo siento, pero me temo que no puedo

hacerlo». Es un poco más directo y el «no puedo hacerlo» cumple dos funciones muy

importantes. Al expresar una incapacidad para llevar algo a cabo, puede apelar a la

empatía de la otra parte.

«Lo siento, no» constituye una versión ligeramente más sucinta del cuarto «no». Si se

usa con amabilidad, casi no suena como una negativa.

Si, aun así, hay que ir más lejos, decir «no» es la opción más directa. Verbalmente,

debería decirse con una inflexión descendente y un tono considerado. No debe ser un

«¡NO!».

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