11.12.2022 Views

rompe-la-barrera-del-no-chris-voss

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Encajar los golpes

Los enfoques académicos sobre la negociación tienden a tratar el regateo como un

proceso racional vacío de emociones. Suelen hablar de la Zona de Acuerdo Posible, que

es aquella en la que se solapan la zona del comprador y la del vendedor. Digamos que

Tony quiere vender su coche y no lo hará por menos de 5.000 dólares y Samantha quiere

comprarlo y no lo hará por más de 6.000. La Zona de Acuerdo Posible está entre los

5.000 y los 6.000. En algunas negociaciones hay Zona de Acuerdo Posible y en otras no.

Todo es muy racional.

O eso quieren hacernos creer.

Pero desengañémonos. En una sesión de regateo real, los negociadores estrella no

usan la Zona de Acuerdo Posible. Los negociadores con experiencia suelen abrir con una

oferta ridícula y un punto de anclaje extremo. Y si no estás preparado para manejarlo,

perderás toda tu seguridad y te lanzarás directamente a tu máxima oferta. La naturaleza

humana es así. Como dijo una vez el gran pugilista y mordedor de orejas Mike Tyson:

«Todo el mundo tiene un plan hasta que les dan un puñetazo en la boca».

Como negociador bien preparado que sabe buscar información y se dedica a recogerla

incansablemente, te viene bien que la otra persona dé primero su precio, así podrás ver

su jugada. Terminarás agradeciendo ese punto de anclaje extremo. Pero es una táctica

poderosa y tú eres humano: tus emociones pueden desbordarse. Si lo hacen, hay formas

de capear el temporal sin que termines apostando contra ti mismo ni respondas enfadado.

Una vez que aprendas estas tácticas, estarás preparado para aguantar el golpe y

devolverlo con estilo.

En primer lugar debes desviar el golpe de una forma que deje al descubierto a tu

interlocutor. Los negociadores de éxito saben decir «no» de alguna de las muchas formas

de las que ya hemos hablado («¿cómo se supone que puedo aceptar esto?») o desviar el

anclaje con una pregunta como: «¿Adónde estamos intentando llegar?». Respuestas

como estas son buenas maneras de desviar la atención de tu interlocutor cuando sientas

que te está poniendo en un compromiso.

También puedes responder al anclaje del tipo «puñetazo en la boca» haciendo pivotar

los términos. Lo que quiero decir es que cuando sientas que te están arrastrando a un

regateo puedes desviar la conversación llevándola hacia las cuestiones no monetarias

que hacen que cualquier precio final funcione.

216

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!