11.12.2022 Views

rompe-la-barrera-del-no-chris-voss

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

10

Encuentra el cisne negro

A las once y media de la mañana del 17 de junio de 1981, un bello día primaveral con

una temperatura de 21 grados y una insistente brisa del oeste, un hombre de treinta y

siete años llamado William Griffin salió de su habitación en el segundo piso de la casa

de sus padres en Rochester (Nueva York), donde vivía, y bajó la escalera desgastada por

las pisadas que llevaba al salón.

Cuando llegó abajo, se detuvo un momento y después, sin mediar palabra, ejecutó tres

disparos. Mató a su madre y a un manitas que estaba colocando el papel pintado e hirió

de gravedad a su padre. El sonido reverberó en el espacio cerrado.

Después, Griffin salió de casa y disparó contra un trabajador y otros dos transeúntes

mientras se dirigía al banco del barrio, el Security Trust Company. Cuando entró, la

gente empezó a salir del banco corriendo. Griffin tomó como rehenes a nueve empleados

de la entidad bancaria y ordenó a los demás que abandonaran el lugar.

Durante las siguientes tres horas y media, Griffin mantuvo un tenso tira y afloja con la

policía y los agentes del FBI durante el cual hirió a los dos policías que llegaron primero

alertados por la alarma silenciosa del banco, y disparó a otras seis personas que pasaban

cerca de allí. Griffin disparó tantas ráfagas —más de cien en total— que la policía tuvo

que utilizar un camión de basura para cubrir a uno de los oficiales al rescatarlo.

A las dos y media, Griffin metió a los nueve empleados del banco en un pequeño

despacho y le dijo a la directora que llamara a la policía y les diera un mensaje.

Fuera, el agente del FBI Clint Van Zandt observaba mientras el oficial de la policía de

Rochester Jim O’Brien cogía el teléfono.

—O se presentan en la puerta principal del banco a las tres en punto y se enfrentan a él

en un duelo en el aparcamiento —balbució la directora entre lágrimas—, o empezará a

matar a los rehenes y a echar sus cuerpos a la calle.

231

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!