11.12.2022 Views

rompe-la-barrera-del-no-chris-voss

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

resistirse). Esto tiene que ver con el «sonreidor» tanto como con el «sonreído»: si

ponemos una sonrisa en el rostro y en la voz, también aumentará nuestra agilidad mental.

Con Chris Watts, la jugada adecuada no era la de sonar alegre. El mecanismo por el

que funciona el tono de locutor de radio de programa nocturno es que, cuando imprimes

una inflexión descendente a la voz, lo que transmites es que lo tienes todo bajo control.

Al hablar despacio y con claridad expresas la siguiente idea: «Tengo el control». Cuando

imprimes una inflexión ascendente estás invitando a que te den una respuesta. ¿Por qué?

Porque introduces cierto grado de incertidumbre. Tu afirmación suena como una

pregunta y dejas la puerta abierta para que el otro tome las riendas. Así que, en aquel

caso, me cuidé mucho de utilizar un tono quedo, seguro.

Es el mismo tono que emplearía para negociar un contrato en el caso de que hubiera

algún asunto que no esté abierto a discusión. Por ejemplo, si veo una cláusula sobre la

cesión de derechos de una obra, puedo decir: «No cedemos los derechos de nuestras

obras». Tal cual, llano, simple y amigable. No ofrezco una alternativa porque sería una

invitación a seguir discutiendo, así que me limito a hacer una declaración directa.

Esa fue mi jugada en este caso. Dije: «Joe no está. Ahora hablas conmigo».

Cosa hecha.

Puedes permitirte ser directo e ir al grano siempre que también crees un ambiente de

seguridad en un tono que diga: «Yo estoy bien, tú estás bien, vamos a solucionar esto

juntos».

La marea estaba cambiando. Chris Watts se estaba poniendo nervioso, pero aún le

quedaban algunas jugadas. Uno de ellos bajó al sótano en busca de una de las cajeras. En

algún momento había desaparecido en las entrañas del banco, pero Chris Watts y su

cómplice no la habían perseguido porque sabían que no tenía forma de escapar. Pero

entonces uno la arrastró escalera arriba y la obligó a ponerse al teléfono.

—Estoy bien —dijo. Y eso fue todo.

—¿Quién es? —pregunté.

—Estoy bien —repitió ella.

Quería que siguiera hablando, así que le pregunté su nombre, pero ya no estaba.

Esta fue una jugada brillante por parte de Chris Watt. Era una amenaza, nos

provocaba, de forma sutil e indirecta, a través de la voz de la mujer. De esa forma el

40

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!