11.12.2022 Views

rompe-la-barrera-del-no-chris-voss

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Devolver el golpe: emplear la asertividad sin que te pase factura

Cuando una negociación está lejos de llegar a una resolución y no va a ningún lado,

tendrás que agitar un poco las cosas y sacar a tu interlocutor de su mentalidad rígida. En

momentos como ese, los movimientos bruscos pueden ser herramientas enormemente

eficaces. A veces lo que pide una situación es que actúes como un agresor y le des un

puñetazo en la cara a la otra parte.

Dicho esto, si eres básicamente una buena persona, pegarle al otro tipo en plan Mike

Tyson significará que cedes demasiado. Uno no puede ser lo que no es. Como dice el

proverbio danés, «uno hace pan con la harina que tiene». Pero todo el mundo puede

aprender a usar un par de herramientas.

He aquí algunas maneras eficaces de ser asertivos con inteligencia.

ENFADARSE DE VERDAD, AMENAZAR SIN IRA Y RESENTIMIENTO ESTRATÉGICO

Marwan Sinaceur, del INSEAD, y Larissa Tiedens, de la Universidad de Stanford,

descubrieron que las expresiones de enfado aumentan la ventaja y la cuota final del

negociador.[19] El enfado muestra una pasión y una convicción que puede hacer que el

otro lado se incline a aceptar una oferta menor. Sin embargo, al potenciar la sensibilidad

de tu contraparte para el peligro y el miedo, tu enfado reducirá los recursos que puede

dedicar a otras actividades cognitivas, llevándolos a hacer malas concesiones que es

probable que luego deriven en problemas de implementación, y reduciendo así tus

ganancias.

Atención a lo siguiente: los investigadores han descubierto también que las

expresiones falsas —es decir, fingidas— de ira resultan contraproducentes, conducen a

peticiones intrincadas y destruyen la confianza. Para que el enfado sea eficaz, tiene que

ser real, la clave es mantenerlo bajo control, porque la ira también reduce nuestra

actividad cognitiva.

Así, cuando alguien plantee una oferta realmente ridícula, una que de verdad te resulte

ofensiva, debes respirar hondo, abrir camino levemente a tu enfado, canalizarlo —hacia

la propuesta, no hacia la persona— y decir: «No veo cómo eso podría funcionar jamás».

Dar muestras a tiempo de que estás ofendido —lo que se conoce como «resentimiento

219

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!