18.12.2022 Views

La Seleccion - Kiera Cass

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Es un detalle por su parte, después de haber ganado.

—Es un buen ganador. Incluso es gracioso cuando se le lleva a ciertos

extremos —« como cuando se le da un rodillazo en la joya de la corona, por

ejemplo» , pensé.

—¿Qué quieres decir?

—Nada —aquello no quería explicárselo—. ¿De qué habéis hablado antes?

—Bueno, me ha preguntado si me gustaría quedar con él esta semana —

contestó, ruborizándose.

—¡Marlee! ¡Eso es estupendo!

—¡Calla! —dijo, mirando alrededor, aunque el resto de las chicas y a había

subido las escaleras—. Intento no hacerme demasiadas ilusiones.

Nos quedamos calladas un minuto hasta que por fin estalló:

—¿A quién quiero engañar? ¡Estoy tan nerviosa que casi no lo soporto! Espero

que no tarde mucho en llamarme.

—Si y a te lo ha pedido, estoy segura de que no dejará pasar mucho tiempo.

Quiero decir, en cuanto hay a acabado con sus labores de gobierno del día,

supongo.

Ella se rio.

—¡No me lo puedo creer! Quiero decir… que sabía que era guapo, pero

nunca sabes cómo puede comportarse. Me preocupaba que fuera…, no sé,

pomposo, o algo así.

—A mí también. Pero en realidad es… —¿Qué era Maxon, en realidad? Sí,

era algo pomposo, pero no tanto que resultara cortante, como me había

imaginado. Era innegable que se portaba como un príncipe, pero, aun así, era

muy …, muy…— Es normal —dije por fin.

Marlee y a no estaba mirando. Se había perdido en sus ensoñaciones mientras

caminábamos. Esperaba que Maxon estuviera a la altura de la imagen que se

estaba haciendo mi amiga de él, y que ella fuera el tipo de chica que él quería.

La dejé en su puerta, me despedí con un gesto y me dirigí a mi habitación.

La imagen de Marlee y Maxon desapareció de mi mente en cuanto abrí la

puerta. Anne y Mary estaban inclinadas sobre Lucy, que parecía muy agitada.

Estaba congestionada, y tenía las mejillas cubiertas de lágrimas; el ligero temblor

habitual en ella se había convertido en una gran agitación, y le sacudía todo el

cuerpo.

—Cálmate, Lucy, todo va bien —le susurraba Anne, mientras le acariciaba el

cabello alborotado.

—Ya ha acabado todo. Nadie ha resultado herido. Estás a salvo, cariño —le

decía Mary, sosteniéndole la mano.

Yo estaba tan impresionada que no podía hablar. El difícil momento por el que

pasaba Lucy era algo privado; no debería haberlo visto. Di media vuelta, pero

Lucy me detuvo antes de que pudiera salir de la habitación.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!