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La Seleccion - Kiera Cass

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ambas a solas. Sabemos que le hemos gustado lo suficiente como para quedar

con nosotras y no darnos la patada después. Se va sabiendo con quién ha salido y

con quién no. Algunas están preocupadas al ver que se toma tanto tiempo, y

piensan que quizá sea por desinterés, y que, cuando por fin quede con ellas, las

echará.

¿Por qué no me había contado a mí todo eso? ¿No éramos amigos? Un amigo

hablaría de esas cosas. Había quedado al menos con una docena de chicas, y las

había elegido basándose en su sonrisa. Habíamos pasado mucho tiempo juntos la

noche anterior, y se había limitado a verme llorar. ¿Qué amigo es el que se

guarda esos secretos y hace que tú se lo cuentes todo?

Tuesday, que había estado escuchando a Camille con gesto tenso, se levantó

de su asiento y paseó la mirada por la sala. Dio con Marlee y conmigo, en la

esquina, y se acercó a paso ligero.

—¿Qué habéis hecho vosotras en vuestras citas? —preguntó, sin más.

—¡Hola, Tuesday ! —la saludó Marlee alegremente.

—¡Venga, va! —Nos apremió, y se giró hacia mí—. Di, America, cuenta.

—Ya te lo conté.

—No. ¡La de anoche! —Una doncella se acercó y nos ofreció té, que yo

habría aceptado, pero Tuesday se la quitó de encima.

—¿Cómo…?

—Tiny os vio juntos y nos lo ha contado —dijo Marlee, intentando justificar

los nervios de Tuesday —. Eres la única que ha estado con él a solas dos veces.

Muchas de las chicas que aún no han quedado con él se han quejado. Creen que

es injusto. Pero no es culpa tuy a que le gustes.

—Pero es completamente injusto —protestó Tuesday—. Yo aún no le he visto

fuera de las comidas, ni siquiera de paso. ¿Qué es lo que hiciste mientras estabas

con él?

—Nosotros…, eh…, volvimos al jardín. Sabe que me gusta estar al aire libre.

Y solo hablamos —dije, nerviosa, como si tuviera que defenderme.

Tuesday me miraba con tanto interés que aparté la mirada. Y al hacerlo vi

que unas cuantas chicas nos escuchaban desde las mesas cercanas.

—¿Solo hablasteis? —preguntó, escéptica.

Me encogí de hombros.

—Pues sí.

Tuesday soltó un resoplido y se fue hasta la mesa de Kriss para pedirle, con

bastante vehemencia, que esta volviera a contarle su historia. Yo, por mi parte,

estaba estupefacta.

—¿Estás bien, America? —preguntó Marlee, haciendo que volviera a la

realidad.

—Sí. ¿Por qué?

—Pareces contrariada —dijo ella, frunciendo el ceño, con preocupación.

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