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chica.
Ella sonrió.
—Muy bien, creo que eso es todo.
—¿Es todo?
—Tenemos que meteros a las treinta y cinco en hora y media, así que tengo
de sobra.
—Vale —no había ido tan mal.
—Gracias por tu tiempo. Puedes esperar en ese sofá de ahí, y y a vendrán a
buscarte.
Fui a sentarme en el gran sofá circular de la esquina. Allí estaban dos chicas
que aún no conocía, charlando tranquilamente. Eché un vistazo a la sala y vi que
alguien anunciaba la llegada del último grupo. Se volvió a montar un gran
revuelo. Estaba tan absorta en todo aquello que casi no me di cuenta de que
Marlee se sentaba a mi lado.
—¡Marlee! ¡Qué pelo más bonito!
—¿Verdad? Me han puesto extensiones. ¿Crees que a Maxon le gustará? —
Parecía que le preocupaba de verdad.
—¡Claro! ¿Qué chico puede resistirse a una rubia despampanante? —dije,
con una sonrisa divertida.
—America, eres un encanto. Toda aquella gente del aeropuerto se quedó
prendada de ti.
—Bueno, solo quise ser amable. Tú también hablaste con mucha gente.
—Sí, pero ni la mitad que tú.
Bajé la cabeza, algo avergonzada porque me felicitaran por algo que me
parecía tan obvio. Cuando levanté la vista, me giré hacia las otras dos chicas que
estaban sentadas a nuestro lado: Emmica Brass y Samantha Lowell. No nos
habían presentado, pero y o sabía quiénes eran. Al principio no reaccioné. Me
estaban mirando como si me pasara algo. Antes de que pudiera siquiera
preguntarme por qué, Silvia, la mujer de antes, se nos acercó.
—Muy bien, chicas. ¿Estamos listas? —Echó un vistazo al reloj y nos miró a
todas, expectante—. Voy a enseñaros un poco el lugar y os llevaré a las
habitaciones que se os han asignado.
Marlee dio una palmada y las cuatro nos pusimos en pie. Silvia nos dijo que el
lugar en el que nos habían peinado y maquillado era la Sala de las Mujeres.
Normalmente la usaban la reina, sus doncellas y las otras mujeres de la familia
real.
—Acostumbraos a esta sala: pasaréis mucho tiempo en ella. De camino hacia
aquí habéis pasado por el Gran Salón, que suele usarse para fiestas y banquetes.
Si fuerais muchas más, allí es donde comeríais. Pero el comedor principal es lo
suficientemente grande para vosotras. Vamos a verlo un momento.
Nos enseñaron dónde comía la familia real, en una mesa independiente.