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La Seleccion - Kiera Cass

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Capítulo 18

Maxon me había dicho que nos veríamos a la hora de la cena, pero no estaba allí.

La reina entró sola, y nosotras la esperamos tras nuestras sillas. Hicimos una leve

reverencia en el momento en que tomó asiento y luego nos sentamos.

Miré por toda la mesa en busca de alguna silla vacía, suponiendo que Maxon

tendría alguna cita, pero no faltaba ninguna chica.

Me había pasado la tarde dándole vueltas a lo que le había dicho. Estaba claro

por qué no tenía amigos. Evidentemente se me daban fatal.

Entonces entraron Maxon y el rey. Él y a se había puesto la americana, pero

seguía despeinado. Comentaban algo mientras andaban. Nos apresuramos a

ponernos en pie. Parecían tener una conversación animada. Maxon gesticulaba

para expresarse mejor, y el rey asentía, registrando las palabras de su hijo, pero

aparentemente algo incómodo. Cuando llegaron a la cabecera de la mesa, el rey

Clarkson le dio a su hijo una firme palmada en la espalda, con el gesto adusto.

Cuando el rey se giró hacia nosotras, de pronto su rostro se llenó de

entusiasmo.

—Oh, por Dios, señoritas, siéntense, por favor —le dio un beso a la reina en la

cabeza y él también se sentó.

Pero Maxon se quedó en pie.

—Señoritas, tengo un anuncio que hacerles —todas las miradas se fijaron en

él. ¿Qué podía tener que comunicarnos?—. Sé que a todas se les prometió una

compensación económica por su participación en la Selección —dijo, con un

tono autoritario que en realidad solo le había oído usar una vez, la noche que me

había llevado al jardín. Estaba mucho más atractivo cuando hacía uso de su

autoridad con un objetivo—. No obstante, ha habido modificaciones en los

presupuestos. Las que sean Dos o Tres de nacimiento no recibirán financiación.

Las Cuatros y las Cincos seguirán recibiendo su compensación, pero será

ligeramente inferior a la cantidad asignada hasta ahora.

Observé que algunas de las chicas estaban boquiabiertas de la sorpresa. El

dinero era parte del trato. Celeste, por ejemplo, estaba furiosa. Supuse que,

cuando tienes mucho dinero, te acostumbras a acumularlo. Y la idea de que

alguien como y o siguiera cobrando algo probablemente no le había sentado muy

bien.

—Pido disculpas por las molestias que pueda suponer; lo explicaré todo

mañana por la noche, en el Capital Report. Pero es algo innegociable. Si alguna

tiene algún problema con esta nueva situación y ya no desea participar, puede

marcharse después de la cena.

Se sentó y se puso a hablar de nuevo con el rey, que parecía más interesado

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