18.12.2022 Views

La Seleccion - Kiera Cass

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—Tu novio. Cuando recupere la lucidez y te ruegue que le dejes volver —

añadió, con toda naturalidad.

No pude evitar reírme. Aquello no sucedería jamás.

—Ya no es mi novio. Y dejó bastante claro que habíamos acabado —hasta y o

misma noté el minúsculo rastro de esperanza en mi voz.

—Eso no es posible. Ahora te habrá visto en la tele y habrá vuelto a caer

prendado de ti. Aunque en mi opinión sigue sin merecerte —Maxon hablaba casi

como si estuviera aburrido, como si hubiera visto cosas así un millón de veces—.

Y eso me recuerda… —añadió, levantando un poco la voz—. Si no quieres que

me enamore de ti, vas a tener que dejar de estar tan encantadora. Mañana a

primera hora haré que tus doncellas te cosan unos vestidos hechos con sacos de

patatas.

Le di un golpe en el brazo.

—Calla.

—No bromeo. Eres tan guapa que corres peligro. Cuando te vay as,

tendremos que enviar guardaespaldas para que te sigan. Nunca sobrevivirías por

tu cuenta, pobrecilla —dijo, fingiendo compasión.

—No puedo evitarlo —suspiré—. ¡Qué voy a hacerle, si he nacido perfecta!

—Y eché la cabeza atrás, como si estuviera agotada de ser tan guapa.

—Nada, supongo que no puedes hacer nada.

Me reí, sin darme cuenta de que Maxon no hablaba tan en broma.

Me quedé contemplando el jardín y por el rabillo del ojo vi que me miraba.

Su cara estaba increíblemente cerca de la mía. Cuando me giré para preguntarle

qué era lo que miraba tanto, me sorprendió notar que estaba tan cerca que podría

haberme besado.

Y más aún me sorprendió que lo hiciera.

Di un paso atrás enseguida, apartándome. Maxon también retrocedió.

—Lo siento —murmuró, ruborizado.

—¿Qué estás haciendo? —susurré, sorprendida.

—Lo siento —repitió, girando la cara, evidentemente avergonzado.

—¿Por qué has hecho eso? —Me llevé una mano a la boca.

—Es que… con lo que has dicho antes, y al ver que ay er me buscabas…, tu

forma de actuar…, pensé que tus sentimientos habrían cambiado. E igual que

tú…, pensé que lo habrías notado —se giró hacia mí—. Bueno… ¿Tan terrible ha

sido? Pareces hasta molesta.

Intenté borrar cualquier expresión de mi rostro. Maxon parecía estar

pasándolo fatal.

—Lo siento muchísimo. Nunca había besado a nadie. No sé lo que hago.

Solo… Lo siento, America —soltó un profundo suspiro y se pasó la mano por el

pelo varias veces, apoy ándose en la baranda.

No lo esperaba, pero me sentí halagada.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!