Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Pero hay otras ocasiones en las que se te ve muy triste. ¿No quieres contarme
por qué? ¿Toda la historia?
—No es más que otra historia de amor fracasada. Nada espectacular ni
interesante, de verdad —respondí, pero lo que pensé fue otra cosa: « Por favor, no
me presiones. No quiero llorar» .
—Sea como sea, me gustaría conocer alguna otra historia de amor de verdad,
aparte de la de mis padres, una que se hay a desarrollado fuera de estos muros y
de estas normas… Por favor.
Lo cierto era que había cargado con el secreto durante tanto tiempo que no
podía imaginarme contarlo en voz alta. Y me dolía muchísimo pensar en Aspen.
¿Podría siquiera pronunciar su nombre? Respiré hondo. Maxon era mi amigo.
Hacía todo lo posible para que me sintiera bien. Y había sido tan sincero
conmigo…
—Ahí fuera —dije, señalando al otro lado de las murallas— las castas se
cuidan unas a otras. A veces. Por ejemplo, mi padre tiene tres familias que le
compran al menos un cuadro cada año, y yo tengo familias que siempre me
llaman para que cante en sus fiestas de Navidad. Son como nuestros patrones,
¿entiendes?
» Bueno, pues nosotros somos como patrones de su familia. Ellos son Seises.
Cuando podemos permitirnos contratar a alguien para que limpie, o si
necesitamos ay uda con el inventario, siempre llamamos a su madre. A él lo
conocí cuando éramos niños, aunque él es may or que y o, de la edad de mi
hermano. Eran un poco brutos jugando, así que no solía ir con ellos.
» Mi hermano may or, Kota, es un artista, como mi padre. Hace unos años
vendió una escultura de metal en la que llevaba trabajando años por una cantidad
enorme de dinero. Puede que hay as oído hablar de él.
—Kota Singer —dijo Maxon.
Pasaron algunos segundos, y de pronto vi que establecía la conexión cerebral.
Me aparté el cabello de los hombros y crucé los brazos.
—Estábamos todos muy contentos por Kota; había trabajado enormemente
en esa pieza. Y en aquella época necesitábamos mucho el dinero, así que toda la
familia estaba encantada. Pero Kota se quedó casi todo el dinero. Aquella
escultura lo catapultó a la fama; la gente empezó a pedirle obras constantemente.
Ahora tiene una lista de espera interminable y cobra precios astronómicos,
porque puede. Creo que se ha vuelto adicto a la fama. Los Cincos raramente
destacamos tanto.
Nuestras miradas se cruzaron por un momento, y y o sabía que, a sus ojos, y a
no podría pasar desapercibida nunca más.
—En cualquier caso, en cuanto empezó a recibir pedidos, Kota decidió
alejarse de la familia. Mi hermana may or se acababa de casar, así que perdimos
los ingresos que nos reportaba. Y justo cuando Kota empieza a ganar dinero de