You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
No obstante, esta vez se dirigió a nosotras con un chillido.
—¡Mirad esto! —gritó, señalando dos bonitas peinetas cubiertas en piedras
preciosas que debían valer miles de dólares—. Me las ha regalado Maxon. ¿No
son preciosas?
Aquello hizo que una nueva oleada de excitación (y de decepción) se
extendiera por la sala: mi recién conquistada confianza desapareció.
Intenté no sentirme decepcionada. Al fin y al cabo, ¿no había recibido regalos
y o también? ¿No me había besado? Aun así, a medida que la habitación se iba
llenando de chicas y las historias iban pasando de boca en boca, sentí que lo único
que quería era esconderme. Quizá fuera un buen día para pasarlo a solas con mis
doncellas.
Justo en el momento en que me planteaba abandonar la sala, entró Silvia, algo
agitada e ilusionada al mismo tiempo.
—¡Señoritas! —dijo, pidiendo silencio—. Señoritas, ¿están todas aquí?
Todas respondimos con un sonoro « sí» .
—Gracias a Dios —añadió, calmándose un poco—. Sé que es algo
precipitado, pero acabamos de enterarnos de que el rey y la reina de Swendway
vienen tres días de visita y, como sabrán, estamos en buenas relaciones con su
familia real. Además, al mismo tiempo, la familia de nuestra reina vendrá a
conocerlas, así que vamos a tener el palacio bastante lleno. Tenemos muy poco
tiempo para prepararnos, así que libérense las tardes de obligaciones. Clases en el
Gran Salón inmediatamente después del almuerzo —anunció, y dio media vuelta
para marcharse.
Era como si el personal de palacio hubiera tenido meses para los preparativos.
Levantaron unas carpas enormes en los jardines, con mesas llenas de comida y
vino repartidas por el césped. El número de guardias era may or del habitual, y a
ellos se les unieron numerosos soldados de Swendway que habían traído consigo
los rey es. Supuse que hasta ellos sabían la amenaza que se cernía sobre el
palacio.
Había otra carpa con tronos para el rey, la reina y Maxon, así como para los
rey es de Swendway. La reina de Swendway —cuyo nombre no podría
pronunciar ni aunque en ello me fuera la vida— era casi tan guapa como la reina
Amberly, y ambas parecían ser buenas amigas. Todos se instalaron
cómodamente bajo la carpa, salvo Maxon, que estaba ocupado saliendo con
todas las chicas y con sus familiares recién llegados.
Parecía encantado de ver a sus primos, incluso a los pequeños, que no
dejaban de tirarle de la casaca y salir corriendo. Llevaba una de sus muchas
cámaras e iba persiguiendo a los críos, haciéndoles fotos. Casi todas las chicas de
la Selección lo contemplaban encandiladas.