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La Seleccion - Kiera Cass

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dijo un día mientras salíamos al jardín.

Debía ser algo importante. Esperó a que estuviéramos a una distancia

prudencial de la Sala de las Mujeres y fuera de la vista de los guardias.

—Por supuesto, Marlee. ¿Estás bien?

—Sí, estoy bien. Es solo… que quiero que me des tu opinión sobre una cosa

—soltó, con aspecto preocupado.

—¿Qué pasa?

Ella se mordió el labio y me miró.

—Es Maxon. No estoy segura de que vay a a funcionar —confesó, y bajó la

mirada.

—¿Qué te hace pensar eso? —pregunté, preocupada. Ahora que y a lo había

soltado, seguimos caminando.

—Bueno, para empezar, y o no… No « siento» nada, ¿sabes? No hay chispa,

no hay química.

—Maxon puede ser un poco tímido. Tienes que darle tiempo —era cierto. Me

sorprendía que ella no lo supiera.

—No, quiero decir que… no creo que « a mí» me guste.

—Oh —eso era muy diferente—. ¿Ya lo has intentado? —Qué pregunta más

idiota.

—¡Sí! ¡Con todas mis fuerzas! No paro de buscar el momento en que diga o

haga algo que me haga sentir que tenemos algo en común, pero nunca llega.

Creo que es guapo, pero eso no basta como base para una relación. Tampoco sé

siquiera si le atraigo. ¿Tú tienes alguna idea de lo que…, de lo que le gusta?

Lo pensé.

—En realidad no. Nunca hemos hablado de lo que busca, en cuanto al aspecto

físico.

—¡Y eso es otra cosa! Nunca charlamos. Él habla y habla, pero nunca

parece que tengamos nada que decirnos. Nos pasamos mucho tiempo en silencio,

viendo alguna película o jugando a las cartas.

Parecía cada vez más preocupada.

—A veces a mí también me pasa. Nos sentamos y nos quedamos callados, sin

decir nada. Además, sentimientos así no siempre surgen de la noche a la

mañana. A lo mejor los dos os lo estáis tomando con calma —dije, intentando

infundirle seguridad.

Marlee parecía estar a punto de echarse a llorar.

—Sinceramente, America, creo que el único motivo de que y o siga aquí es

que le gusto mucho a la gente. Creo que a él le importa demasiado la opinión

pública.

Aquello no se me había ocurrido, pero ahora que lo había dicho sonaba

plausible. Tiempo atrás y o no habría dado importancia a lo que pensara el

público, pero Maxon adoraba a su pueblo. Seguro que, a la hora de escoger a la

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