Estudios Sociales âla Caixaâ
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Los profesores están muy bien valorados por los que fracasan, en general.<br />
Pero unos pocos malos profesores hacen mucho daño al provocar el deseo de<br />
abandono: muchos narran que el inicio de sus problemas académicos está en<br />
la relación con un mal profesor. Las sanciones que imponen, más de una vez<br />
se consideran un premio y no un castigo, pero sobre todo refuerzan la intención<br />
de abandonar. Y todo esto sucede en plena adolescencia, cuando estos<br />
alumnos se creen «mayores que nadie» y son impermeables a las críticas,<br />
opiniones o sugerencias, porque «les da igual todo».<br />
5.6. La escuela vista desde el fracaso<br />
Al recopilar las ideas sobre el sistema educativo de quienes lo han abandonado<br />
antes de tener un título postobligatorio, lo primero que hay que decir es<br />
que el propio concepto de abandono prematuro o fracaso se invierte desde su<br />
perspectiva. Lo viven como un logro personal, sobre todo porque salen de una<br />
situación, de un entorno tanto académico como personal en el que no están a<br />
gusto. Abandonar es dar un paso adelante, positivo, en su itinerario personal.<br />
–Porque yo ahora estoy a gusto. ¡Y ahora estoy haciendo lo que a mí me da la<br />
gana! Antes, en el instituto, como vivía con mi madre y tenía que ir a clase, no<br />
podía hacer nada. Y ahora, como trabajo y todo me lo pago yo, pues ¡hago lo<br />
que me da la gana!<br />
(E1.6)<br />
En este sentido, el título obligatorio les exige un sacrificio y un esfuerzo muy<br />
importantes a estos alumnos, un título que no es útil en el mercado laboral<br />
a no ser que se continúe la formación durante muchos más años. Si se tiene<br />
claro que no se va a continuar la formación, abandonar, aunque sea sin ningún<br />
título, les parece lo más racional: «Si no vas a continuar estudiando, ¿para qué<br />
seguir esforzándote?» La imagen de obligatoriedad de una presencia inútil<br />
en clase se asocia a una falta de libertad, a sentirse encerrados en un entorno<br />
rutinario. La imagen de referencia la brindan ellos mismos: «El colegio parece<br />
una cárcel» (E4.1).<br />
La escuela, el sistema educativo, tiene así la imagen de ser algo inútil, al menos<br />
para ellos. «Es aburrida, yo creo que no me ha servido mucho» (E3.3). Están<br />
convencidos de que su experiencia en la escuela ha consistido en una mera<br />
LAS MOTIVACIONES DEL FRACASO ESCOLAR 163