Estudios Sociales âla Caixaâ
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En la información extraída de los expedientes (véase el Anexo metodológico)<br />
encontramos un patrón similar al que hemos venido describiendo. Por desgracia,<br />
estos datos están sometidos a dos restricciones fuertes. La primera es<br />
que se trata de una muestra de casos clasificados administrativamente como<br />
de abandono, por lo que no sirven para ver cómo se distribuye el fracaso en<br />
la población escolar, sino que la información se limita al modo en el que se<br />
distribuyen los tipos de fracaso entre los que fracasan. En segundo lugar, la<br />
información sobre la clase de origen (ocupación o educación parental) sólo<br />
consta en una cuarta parte de los casos recogidos. Por esta razón, hemos clasificado<br />
las ocupaciones de los padres en tres grandes grupos: profesionales,<br />
pequeños propietarios y trabajadores no manuales, y trabajadores manuales<br />
e inactivos. (2) Aunque la clasificación no es perfecta, cumple con la función<br />
de señalar las diferencias más relevantes de los datos. Dado que los estudiantes<br />
con información completa que abandonan en ciclos formativos de grado<br />
medio y en garantía social son muy escasos, los ciclos de abandono se han<br />
reagrupado a su vez en tres grupos según el ciclo en que ocurre. Como se<br />
aprecia en la tabla 3.5, estas categorizaciones reflejan importantes diferencias.<br />
Los datos señalan que los casos de fracaso son más frecuentes entre los hijos<br />
de trabajadores manuales no cualificados, que suponen un 30% del total de los<br />
fracasados. No obstante, habría que tener en cuenta el peso total del resto de<br />
los grupos sociales para poder analizar la concentración de fracaso por clase.<br />
Podemos destacar la aparición de un 9% de casos con un único progenitor que<br />
está inactivo, mayoritariamente mujeres, que no encajan en las clasificaciones<br />
habituales, con un comportamiento similar a los trabajadores manuales, por lo<br />
que los tratamos conjuntamente<br />
(2) Partimos de la clasificación en clases sociales usada en Las desigualdades en la educación en España (Muñoz-<br />
Repiso et al., 1992), obra de referencia para el análisis de las desigualdades educativas por clase, usada en otras<br />
como Calero y Bonal (1999). Esta clasificación diferencia cinco clases: capitalistas (empresarios con asalariados),<br />
clases medias patrimoniales (empresarios sin asalariados), clases medias funcionales supraordinadas (profesionales<br />
autónomos, directivos, jefes de sección), clases medias funcionales subordinadas (personal administrativo y<br />
comercial, capataces, fuerzas armadas) y obreros. Hemos renombrado las categorías, eliminando los capitalistas<br />
(no había hijos de grandes empresarios entre los que abandonan prematuramente) y ubicando a los que tienen<br />
algún trabajador en pequeños propietarios. Las categorías resultantes y sus equivalencias con la clasificación de referencia<br />
son cuatro: profesional-directiva o, simplemente, profesionales (media funcional supraordinada), pequeña<br />
burguesía tradicional o pequeños propietarios (medias patrimoniales), trabajadores no manuales (media funcional<br />
subordinada), trabajadores manuales (obreros). En los datos apareció otro agregado: el de los que figuraban como<br />
ama de casa o pensionista, que se denominó inactivos. La agrupación de estas cinco en tres se hizo en función<br />
del comportamiento de los hijos que abandonan prematuramente, muy similar en las clases agrupadas (manualesinactivos<br />
y pequeños propietarios-no manuales).<br />
78 FRACASO Y ABANDONO ESCOLAR EN ESPAÑA