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AL OTRO LADO DEL ESPEJO - José María Álvarez

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<strong>AL</strong> <strong>OTRO</strong> <strong>LADO</strong> <strong>DEL</strong> <strong>ESPEJO</strong>. JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ<br />

Pero ya desde LOS DOS HID<strong>AL</strong>GOS, recuerde usted a Launce.<br />

Porque si está Pantino, que ése si es un rústico auténtico, ya se<br />

levanta Launce. Y esa línea sutilísima de profundidad en el análisis,<br />

de complejidad, que va pasando por los Bottom, Quince,<br />

Costard, etc., nos lleva al bobo astuto, al Touchstone de AS YOU<br />

LIKE IT. El tonto ha muerto y se abre el universo del «fool».<br />

El Feste de TWELFTH NIGHT. Ese camino helado, acabará en<br />

el bufón de Lear, pero aquí si que, bueno, podemos estar hablando<br />

años, porque es el resumen absoluto, hasta retoma al<br />

tonto natural. Lo que pienso es que también hay otra línea, la<br />

de los astutos graciosos. Mercutio, el Bastardo de KING JOHN,<br />

el Berowne de LOVE’S LABOUR’S LOST. Y hasta el Benedick<br />

de MUCHO RUIDO.<br />

También está el gordo Falstaff. ¿Vio usted el Falstaff de<br />

Welles en CAMPANADAS A MEDIA NOCHE?<br />

Sí, claro. Pero ése es de otra raza. Toby Belch, Sir John...<br />

¿Y sabe usted una cosa? El público cambió. Ah, Welles. Uno de<br />

los dos o tres hombres más grandes de este siglo.<br />

Pero también puede ser que Shakespeare fuera siguiendo<br />

la curva de evolución de su público.<br />

Sí, pero una curva que su propio teatro iba condicionando.<br />

Es como un juego de espejos. Y además el problema tiene otras<br />

muchas vertientes. Porque Shakespeare era también muy consciente<br />

de si sus personajes serían posibles, puesto que los creaba<br />

teniendo muy en cuenta actores determinados. A veces modificaba<br />

en los ensayos. Por los testimonios que tenemos de su<br />

época, un actor como William Kempe, con el que trabajó muchísimo,<br />

no hubiera podido dar el bufón de Lear. El bufón de<br />

KING LEAR está hecho a la medida de Robert Armin, que entró<br />

en la compañía precisamente por entonces, sustituyendo a<br />

Kempe. Es muy curioso en los personajes shakesperianos esa<br />

profunda simbiosis con sus actores. Se repite además siglo tras<br />

siglo. Le sucedió a Richard Burbage con Richard III, Hamlet,<br />

Lear, Malvolio, y con muchos otros. Y a David Garrick con

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