08.05.2013 Views

AL OTRO LADO DEL ESPEJO - José María Álvarez

AL OTRO LADO DEL ESPEJO - José María Álvarez

AL OTRO LADO DEL ESPEJO - José María Álvarez

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

243<br />

<strong>AL</strong> <strong>OTRO</strong> <strong>LADO</strong> <strong>DEL</strong> <strong>ESPEJO</strong>. JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ<br />

Góngora es la fórmula reina. Como decía Borges refiriéndose a<br />

Shakespeare, qué importa que «the mortal moon hath her eclipse<br />

endure» se refiera a la luna del cielo o a una dolencia de la<br />

reina Elizabeth, o, dice Borges, según es más probable, a las dos.<br />

Es una sensación que se tiene también leyendo a Lezama Lima.<br />

Yo prefiero a Quevedo. Quevedo me parece un poeta más<br />

profundo.<br />

Yo los amo a los dos muchísimo. Lo que tiene Quevedo es<br />

ese lado «negro», rabiosamente español, que de vez en cuando<br />

sacude y te clava en la ceniza. Versos como «juega con tu pellejo<br />

al escondite», o «una boca con cámaras y pujo», o « presentes<br />

sucesiones de difunto». No recuerdo exactamente, pero<br />

hay un verso que dice más o menos, «dándole teta a las arañas<br />

». Es un filo que también está en Valle-Inclán. ¿Recuerda usted<br />

aquel soneto de Quevedo que empieza «Señor don Juan, pues<br />

con la fiebre apenas...»? Bien. Pues en medio de una meditación<br />

tan profunda, de tal meditación de la vida y de la muerte,<br />

después de subir mucho con versos como «pues que de nieve<br />

están las cumbres llenas», de pronto, como una carcajada sin<br />

dientes, escribe: «la boca, de los años saqueada». Esto es impensable<br />

en Góngora. También Góngora de vez en cuando se<br />

dejaba caer, pero no llegaba a la caries.<br />

Quevedo, además, era un poeta amoroso excelso.<br />

Por supuesto. Yo pienso que el poema de más alto vuelo que<br />

se ha escrito al amor en castellano lo compuso don Francisco.<br />

El soneto AMOR CONSTANTE MAS <strong>AL</strong>LA DE LA MUERTE.<br />

Va mucho más lejos que Donne, posiblemente llega más lejos<br />

que ninguno. Además, en los poemas amorosos llegó a ser tan<br />

moderno, tan a pelo, tan desesperado, con una desesperación<br />

congelada, Hay un soneto que me pone siempre los pelos de<br />

punta. Canta Quevedo a una dama con quien debió vivir una<br />

historia terrible, de esas que a veces uno no sabe cómo sale vivo.<br />

Bien, pues Quevedo empieza a hacer la enumeración de sus<br />

desastres personales, y de pronto, en los dos últimos versos,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!