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Nuevo Testamento - iglesia bautista getsemani de montreal

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forma tan perfecta como pueda. Cuando copia el mo<strong>de</strong>lo con cuidado, su escritura es muy<br />

buena. Cuanto más se aparta <strong>de</strong>l mismo, tanto más empeora la copia. Nuestra seguridad<br />

resi<strong>de</strong> en mantenernos bien <strong>de</strong> cerca al original.<br />

2:22 Nuestro Señor no sufrió por Sus propios pecados, porque Él no tenía ninguno. «No<br />

conoció pecado» (2 Co. 5:21); no hizo pecado (este versículo); «no hay pecado en él» (1<br />

Jn. 3:5).<br />

Su discurso nunca estuvo manchado <strong>de</strong> engaño. Jamás mintió, ni manipuló la verdad.<br />

¡Pensemos en esto! Una vez vivió en este planeta una Persona absolutamente honesta,<br />

absolutamente exenta <strong>de</strong> tretas o <strong>de</strong> engaño.<br />

2:23 Fue paciente bajo las provocaciones. Cuando le mal<strong>de</strong>cían, no pagaba con la<br />

misma moneda. Cuando le acusaban no se <strong>de</strong>fendía. Estuvo maravillosamente libre <strong>de</strong>l<br />

anhelo <strong>de</strong> la propia vindicación.<br />

Un autor <strong>de</strong>sconocido ha escrito:<br />

Es una marca <strong>de</strong> la más profunda y más verda<strong>de</strong>ra humildad vernos con<strong>de</strong>nados sin<br />

causa, y estar callados bajo ello. Estar callados bajo los insultos y la malicia es una<br />

imitación muy noble <strong>de</strong> nuestro Señor. Cuando recordamos <strong>de</strong> cuántas maneras Él sufrió,<br />

Él que no lo merecía en absoluto, ¿dón<strong>de</strong> está nuestro buen sentido cuando nos sentimos<br />

empujados a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rnos y a excusarnos?<br />

Cuando pa<strong>de</strong>cía, no amenazaba. «Ninguna palabra <strong>de</strong>scomedida ni amenazante<br />

escapó <strong>de</strong> Su callada lengua.» Quizá sus asaltantes confundieron Su silencio con <strong>de</strong>bilidad.<br />

Si hubiesen tenido alguna percepción habrían <strong>de</strong>scubierto que no era <strong>de</strong>bilidad, sino una<br />

fortaleza sobrenatural!<br />

¿Cuál era Su recurso oculto para soportar bajo tantos insultos inmerecidos? Confiaba en<br />

Dios, que juzga justamente. Y somos llamados a hacer lo mismo:<br />

No os venguéis vosotros mismos, amados, sino <strong>de</strong>jad lugar a la ira <strong>de</strong> Dios; porque<br />

escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tiene<br />

hambre, dale <strong>de</strong> comer; si tiene sed, dale <strong>de</strong> beber; pues haciendo esto, amontonarás sobre<br />

su cabeza carbones encendidos. No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal<br />

(Ro. 12:19–21).<br />

2:24 Los sufrimientos <strong>de</strong>l Señor fueron no sólo ejemplares, sino también expiatorios.<br />

No po<strong>de</strong>mos imitar Sus sufrimientos a este respecto, y Pedro no sugiere que <strong>de</strong>bamos<br />

hacerlo. Más bien, el argumento parece ser así: La agonía <strong>de</strong>l Salvador no fue causada por<br />

Sus propios pecados, porque Él no tenía ninguno. Fue por nuestros pecados que fue<br />

clavado en la cruz. Por cuanto Él ha sufrido por nuestros pecados una vez por todas, no<br />

<strong>de</strong>beríamos <strong>de</strong>jarnos llevar a la posición en que nosotros <strong>de</strong>bamos sufrir también por los<br />

mismos. El hecho <strong>de</strong> que Él murió por ellos nos <strong>de</strong>bería llevar a morir a ellos. Y sin<br />

embargo, no es sencillamente una cuestión <strong>de</strong> bondad negativa. No sólo <strong>de</strong>beríamos morir<br />

al pecado, sino vivir para la justicia.<br />

Por cuya herida fuisteis sanados. La palabra heridas es en realidad singular en el<br />

original, lo que quizá sugiere que Su cuerpo era todo una masiva llaga. ¿Cuál <strong>de</strong>bería ser<br />

nuestra actitud para con el pecado, cuando nuestra salud le costó tanto al Salvador?<br />

Theodoret comenta: «Un nuevo y extraño método <strong>de</strong> sanidad. El médico sufrió el coste, y<br />

el enfermo recibió la sanidad».<br />

2:25 Antes <strong>de</strong> la conversión, éramos como ovejas <strong>de</strong>scarriadas —perdidas,<br />

<strong>de</strong>sgarradas, amoratadas, sangrando—. La mención <strong>de</strong> Pedro <strong>de</strong> ovejas <strong>de</strong>scarriadas es la<br />

última <strong>de</strong> seis referencias a Isaías 53 en este pasaje:

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