Nuevo Testamento - iglesia bautista getsemani de montreal

Los hijos de Dios deberían ser sin mancha en medio de una generación tortuosa y
perversa. Mediante vidas sin tacha, los hijos de Dios se mantendrán tanto más claramente
frente al oscuro fondo de este mundo.
Esto lleva a Pablo a pensar en ellos cono luminares en una noche oscura. Cuanto más
oscura la noche, tanto más resplandeciente parece la luz. Los cristianos son luminares. No
pueden crear ninguna luz, pero pueden reflejar la gloria del Señor de modo que otros
puedan ver a Jesús en ellos.
2:16 Manteniendo en alto la palabra de vida. Como luces, resplandecemos, pero esto
no nos excusa de testificar con nuestras voces. Debería haber el doble testimonio de la vida
y de los labios.
Si los filipenses cumplen estas instrucciones, el apóstol sabe que tendrá alguna razón
para gloriarse en el día de Cristo. Siente una responsabilidad no sólo por ver que se salvan
almas, sino también por presentar a cada uno perfecto en Cristo. (Col. 1:28).
El día de Cristo se refiere al tiempo de Su regreso y del juicio del servicio del creyente
(1:6, 10). Si los filipenses son fieles en su labor para el Señor, será evidente en aquel día
que el servicio de Pablo no ha sido en vano.
IV. EL EJEMPLO CRISTIANO DE PABLO, TIMOTEO Y
EPAFRODITO (2:17–30)
En la sección precedente, Pablo ha presentado al Señor Jesús como el principal ejemplo
de la mente humilde. Pero algunos podrían sentirse inducidos a decir: «¡Oh, pero Él es Dios
y nosotros meros mortales!». De modo que Pablo da ahora tres ejemplos de hombres que
exhibían la mente de Cristo —él mismo, Timoteo y Epafrodito.
Si Cristo es el sol, entonces estos tres son lunas, reflejando la gloria del sol. Son luces
en un mundo tenebroso.
2:17 El apóstol emplea una ilustración muy hermosa para describir el servicio de los
filipenses y de él mismo. Toma prestada la imagen de la práctica común entre judíos y
paganos de derramar una libación sobre un sacrificio al ofrecerlo.
Se refiere a los filipenses como los ofrendantes. La fe de ellos es el sacrificio. Pablo
mismo es la libación. Él se sentiría feliz en ser derramado en martirio sobre el sacrificio
y servicio de la fe de ellos.
Williams comenta:
El apóstol compara la abnegación y energía de los filipenses con la suya, magnificando
la de ellos y minimizando la suya. Ellos, unos y otros, estaban poniendo sus vidas por causa
del evangelio, pero él contempla la acción de ellos como el mayor sacrificio, y la suya
como sólo la libación derramada sobre el mismo. Bajo esta hermosa figura de lenguaje,
habla de su posible inminente muerte como mártir.
Y expresa su gozo y regocijo si esta hubiese de ser su parte.
2:18 Asimismo, los filipenses debían gozarse y regocijarse con Pablo. No debían
contemplar su posible martirio como una tragedia, sino felicitarlo por una llegada tan
gloriosa al hogar.