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Nuevo Testamento - iglesia bautista getsemani de montreal

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había predicho el hambre que tuvo lugar durante el reinado <strong>de</strong> Claudio (Hch. 11:28).<br />

Ahora, tomó el cinto <strong>de</strong> Pablo, y se ató los pies y las manos con el mismo. Con esta<br />

dramática acción, como muchos otros profetas antes que él, presentó su mensaje en forma<br />

actuada. Luego dio el significado <strong>de</strong> su lección objetiva. Así como él se había atado <strong>de</strong> pies<br />

y manos así atarían los judíos en Jerusalén las manos y los pies <strong>de</strong> Pablo y le entregarían<br />

en manos <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s gentiles. El servicio <strong>de</strong> Pablo a los judíos (simbolizado por el<br />

cinto) resultaría en que sería capturado por ellos.<br />

21:12–14 Al oír esto los compañeros <strong>de</strong>l apóstol y los cristianos en Cesarea, le rogaron<br />

que no subiese a Jerusalén. Pero él no podía mostrar simpatía ante tales inquietu<strong>de</strong>s. Sus<br />

lágrimas sólo servían para quebrantarle el corazón. ¿Acaso el temor a las ca<strong>de</strong>nas y la<br />

cárcel <strong>de</strong>bían refrenarle <strong>de</strong> hacer lo que él consi<strong>de</strong>raba la voluntad <strong>de</strong> Dios? Quería que<br />

supiesen que estaba dispuesto no sólo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén<br />

por el nombre <strong>de</strong>l Señor Jesús. Todos los argumentos <strong>de</strong> sus amigos resultaron<br />

infructuosos. Estaba <strong>de</strong>cidido a ir, y por ello dijeron sencillamente: Hágase la voluntad <strong>de</strong>l<br />

Señor Jesús.<br />

Es difícil creer que las palabras <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida <strong>de</strong> Pablo fueron dichas por un hombre que<br />

estuviese <strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>ciendo a sabiendas la conducción <strong>de</strong>l Espíritu Santo. Sabemos que los<br />

discípulos en Tiro le dijeron por medio <strong>de</strong>l Espíritu que no <strong>de</strong>bía subir a Jerusalén (v. 4).<br />

Pero, ¿sabía Pablo que ellos hablaban por el Espíritu? ¿Y no parecía el Señor aprobar más<br />

a<strong>de</strong>lante su viaje a Jerusalén, cuando le dijo: «Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado<br />

<strong>de</strong> mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma» (23:11)? Dos cosas<br />

están claras: Primero, Pablo no creía que su seguridad personal fuese la principal<br />

consi<strong>de</strong>ración al servir al Señor. Segundo, el Señor dirigía todos estos acontecimientos para<br />

Su gloria.<br />

21:15–16 De Cesarea a Jerusalén había un viaje por tierra <strong>de</strong> más <strong>de</strong> ochenta<br />

kilómetros, un viaje largo en aquella época <strong>de</strong> lentos transportes. El grupo <strong>de</strong> acompañantes<br />

<strong>de</strong>l apóstol había aumentado con la adición <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los discípulos <strong>de</strong> Cesarea y<br />

también <strong>de</strong> un hermano cristiano llamado Mnasón, originario <strong>de</strong> Chipre que había sido<br />

uno <strong>de</strong> los primeros discípulos allí. Ahora vivía en Jerusalén e iba a tener el privilegio <strong>de</strong><br />

ser anfitrión <strong>de</strong>l apóstol allí y <strong>de</strong> los que viajaban con él en esta última visita <strong>de</strong> Pablo a<br />

Jerusalén.<br />

Los viajes misioneros <strong>de</strong> Pablo terminan en realidad con su llegada a Jerusalén. El<br />

resto <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> Hechos se ocupa <strong>de</strong> su arresto, juicio, viaje a Roma, juicio y<br />

encarcelamiento allá.<br />

21:17–18 Al llegar a Jerusalén, el apóstol y sus amigos fueron cordialmente recibidos<br />

por los hermanos. Al día siguiente se concertó una cita con Jacobo y los ancianos. No hay<br />

manera <strong>de</strong> saber <strong>de</strong> cierto cuál es el Jacobo que aquí se menciona. Podría tratarse <strong>de</strong><br />

Jacobo que era hermano <strong>de</strong>l Señor, o el hijo <strong>de</strong> Alfeo, o alguna otra persona <strong>de</strong> este<br />

nombre. Lo más probable es lo primero.<br />

21:19–20a Pablo tomó la iniciativa al contar una por una las cosas que Dios había<br />

hecho entre los gentiles por medio <strong>de</strong> su ministerio. Esto fue causa <strong>de</strong> gran gozo.<br />

21:20b–22 Sin embargo, los hermanos judíos sentían aprensiones. Habían circulado<br />

rumores <strong>de</strong> que el apóstol Pablo había estado predicando y enseñando contra Moisés y la<br />

ley. Esto podría ser causa <strong>de</strong> problemas en Jerusalén.<br />

La acusación específica que se hacía contra Pablo era que enseñaba a todos los judíos<br />

en tierras extranjeras a apostatar <strong>de</strong> Moisés, diciéndoles que no circuncidasen a sus hijos,<br />

ni observasen las costumbres judías. ¿Enseñaba Pablo realmente esto, o no?

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