11.05.2013 Views

Nuevo Testamento - iglesia bautista getsemani de montreal

Nuevo Testamento - iglesia bautista getsemani de montreal

Nuevo Testamento - iglesia bautista getsemani de montreal

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

la respuesta en la voluntad soberana <strong>de</strong> Dios mismo. No había bien alguno en nosotros que<br />

pudiese suscitar tal amor.<br />

5:9 Ahora existe un nuevo conjunto <strong>de</strong> condiciones. No somos ya más contados como<br />

pecadores culpables. Al costo enorme <strong>de</strong> la sangre <strong>de</strong>l Salvador, <strong>de</strong>rramada por nosotros en<br />

el Calvario, hemos sido contados como justos por Dios. Por cuanto Él pagó un tan alto<br />

precio para justificarnos cuando éramos pecadores, ¿no seremos mucho más salvos <strong>de</strong> la<br />

ira por medio <strong>de</strong> Cristo? Si Él ya ha pagado el mayor precio para llevarnos a Su favor, ¿es<br />

acaso probable que nos permita perecer al fin?<br />

Salvados <strong>de</strong> la ira podría significar bien «salvados fuera <strong>de</strong> la ira» o «liberados <strong>de</strong> todo<br />

contacto con la ira». Aquí creemos que la preposición (Gr. apo) significa esto último,<br />

eximidos <strong>de</strong> todo contacto con la ira <strong>de</strong> Dios, bien en el tiempo, bien en la eternidad.<br />

5:10 Volviendo atrás a lo que éramos y a lo que ahora somos, pensemos en ello <strong>de</strong> esta<br />

manera. Fue siendo enemigos que fuimos reconciliados con Dios por la muerte <strong>de</strong> su<br />

Hijo. Nosotros teníamos hostilidad hacia el Señor, y estábamos satisfechos con ello.<br />

Dejados a nosotros mismos, no sentíamos necesidad <strong>de</strong> ser reconciliados con Él. Piensa en<br />

esto —¡enemigos <strong>de</strong> Dios!<br />

Dios no compartía nuestra actitud en esta cuestión. Él intervino con una exhibición <strong>de</strong><br />

pura gracia. La muerte sustitutoria <strong>de</strong> Cristo eliminó la causa <strong>de</strong> nuestra hostilidad contra<br />

Dios —nuestros pecados. Por la fe en Cristo hemos sido reconciliados con Dios.<br />

Si Dios compró nuestra reconciliación a un precio tan elevado, ¿acaso nos <strong>de</strong>jará ir<br />

jamás? Si fuimos reconciliados con Dios por la muerte <strong>de</strong> su Hijo, lo cual es un símbolo<br />

<strong>de</strong> absoluta <strong>de</strong>bilidad, ¿no seremos preservados hasta el fin por la vida presente <strong>de</strong> Cristo a<br />

la diestra <strong>de</strong> Dios, una vida <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r infinito? Si Su muerte tuvo tanto po<strong>de</strong>r para<br />

salvarnos, ¡cuánto más tendrá po<strong>de</strong>r Su vida para guardarnos!<br />

5:11 Y ahora llegamos al sexto beneficio <strong>de</strong> justificación: También nos gloriamos en<br />

Dios por medio <strong>de</strong> nuestro Señor Jesucristo. No sólo nos regocijamos en Sus dones, sino<br />

en el mismo Dador. Antes que fuésemos salvos, encontrábamos nuestros goces en otras<br />

partes. Ahora exultamos cada vez que le recordamos a Él y nos entristecemos sólo cuando<br />

nos olvidamos <strong>de</strong> Él. ¿Qué ha producido este maravilloso cambio, <strong>de</strong> modo que ahora<br />

po<strong>de</strong>mos regocijarnos en Dios? Es la obra <strong>de</strong> Jesucristo. Lo mismo que todas nuestras<br />

otras bendiciones, este gozo nos viene por medio <strong>de</strong> Él.<br />

El séptimo beneficio <strong>de</strong>l que disfrutan los justificados se encuentra en las palabras<br />

hemos recibido ahora la reconciliación. La reconciliación se refiere al establecimiento <strong>de</strong><br />

la armonía entre Dios y el hombre por medio <strong>de</strong> la obra sacrificial <strong>de</strong>l Salvador. La entrada<br />

<strong>de</strong>l pecado había introducido la alienación, el extrañamiento y la enemistad entre el hombre<br />

y Dios. Al quitar el pecado, que era lo que había causado la enajenación, el Señor Jesús<br />

restauró a aquellos que creen en Él a un estado <strong>de</strong> armonía con Dios. Deberíamos observar,<br />

<strong>de</strong> pasada, que Dios no necesitaba ser reconciliado. Era el hombre quien lo necesitaba,<br />

porque estaba enemistado con Dios.<br />

G. El triunfo <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Cristo sobre el pecado <strong>de</strong> Adán (5:12–21)<br />

5:12 El resto <strong>de</strong>l capítulo 5 sirve como puente entre la primera parte <strong>de</strong> la carta y los<br />

siguientes tres capítulos. Está vinculado con la primera parte al recoger el tema <strong>de</strong> la<br />

con<strong>de</strong>nación por medio <strong>de</strong> Adán y <strong>de</strong> la justificación por medio <strong>de</strong> Cristo, y al mostrar que<br />

la obra <strong>de</strong> Cristo exce<strong>de</strong> <strong>de</strong> lejos en su peso <strong>de</strong> bendición lo que hizo la obra <strong>de</strong> Adán en

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!