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Nuevo Testamento - iglesia bautista getsemani de montreal

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hombre espiritual? ¿No revelaría eso una falta <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>stia? La respuesta es la siguiente: un<br />

hombre verda<strong>de</strong>ramente espiritual no se jactará nunca <strong>de</strong> su condición, pero tendrá el<br />

corazón tierno <strong>de</strong> un pastor, lo que le hará querer restaurar al transgresor. No actuará con<br />

espíritu <strong>de</strong> soberbia o <strong>de</strong> superioridad, sino que con espíritu <strong>de</strong> mansedumbre recordará<br />

que él también pue<strong>de</strong> ser tentado.<br />

6:2 Cargas se refiere a fracasos, tentaciones, pruebas e infortunios. En lugar <strong>de</strong><br />

mantenernos a distancia y lanzar críticas, <strong>de</strong>beríamos lanzarnos al lado <strong>de</strong> un hermano con<br />

problemas o angustias, y ayudarlo en todas las formas posibles.<br />

La ley <strong>de</strong> Cristo incluye todos los mandamientos <strong>de</strong>l Señor Jesús para Su pueblo que<br />

encontramos en el NT. Pue<strong>de</strong> recapitularse con el mandamiento: «Que os améis los unos a<br />

los otros» (Jn. 13:34; 15:12). Cumplimos esto cuando sobrellevamos los unos las cargas<br />

<strong>de</strong> los otros. Esta ley <strong>de</strong> Cristo es muy diferente <strong>de</strong> la <strong>de</strong> Moisés. La Ley <strong>de</strong> Moisés<br />

prometía vida a cambio <strong>de</strong> obediencia, pero no daba po<strong>de</strong>r para obe<strong>de</strong>cer, y sólo podía<br />

alentar a la obediencia por el temor al castigo. La ley <strong>de</strong> Cristo, en cambio, es una amante<br />

instrucción para los que tienen ya la vida. Los creyentes son capacitados para guardar sus<br />

preceptos por el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Espíritu Santo, y su motivación es el amor a Cristo.<br />

6:3 Estamos todos hechos <strong>de</strong>l mismo polvo. Al ver a un hermano pecar, <strong>de</strong>beríamos<br />

pensar que podríamos haber sido nosotros. Que un cristiano tenga un complejo <strong>de</strong><br />

superioridad es una especie <strong>de</strong> autoengaño. Des<strong>de</strong> luego, nunca <strong>de</strong>beríamos pensar que<br />

sobrellevar las cargas <strong>de</strong> los otros está por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> nuestra dignidad.<br />

6:4 Esto parece ser una advertencia en contra <strong>de</strong>l hábito <strong>de</strong> compararnos con otros, y <strong>de</strong><br />

encontrar causa para satisfacción. El apóstol observa que ante el Tribunal <strong>de</strong> Cristo seremos<br />

examinados individualmente, y no en comparación con otros. Por ello, <strong>de</strong>beríamos tener<br />

cuidado <strong>de</strong> nosotros mismos, <strong>de</strong> modo que podamos regocijarnos en nuestra obra más que<br />

en los fracasos <strong>de</strong> los otros.<br />

6:5 En el versículo 2, Pablo enseña que <strong>de</strong>beríamos compartir los unos los dolores,<br />

sufrimientos y problemas <strong>de</strong> los otros en esta vida presente. En el versículo 5, el<br />

pensamiento es que cada uno <strong>de</strong> nosotros tendrá que llevar su propia carga <strong>de</strong><br />

responsabilidad ante el Tribunal <strong>de</strong> Cristo.<br />

6:6 Los creyentes son responsables <strong>de</strong>l sustento <strong>de</strong> sus maestros cristianos. Haga<br />

partícipe <strong>de</strong> toda cosa buena significa compartir con ellos las cosas materiales <strong>de</strong> la vida,<br />

y también sustentarlos con la oración y un interés piadoso.<br />

6:7 Aunque otros puedan no observar nuestro <strong>de</strong>scuido <strong>de</strong> los siervos <strong>de</strong> Dios, Él lo ve,<br />

y da la cosecha correspondiente. Segamos lo que sembramos, y segamos en mayores<br />

cantida<strong>de</strong>s que lo que sembramos. Cuando el granjero siembra trigo, siega trigo, a veces a<br />

treinta, a veces a sesenta, y a veces a ciento por uno.<br />

Scofield observa que «el Espíritu no está hablando aquí a los pecadores sobre sus<br />

pecados, sino a los santos acerca <strong>de</strong> su mezquindad». Naturalmente, es cierto en un sentido<br />

más amplio que «los que aran iniquidad y siembran injuria, la siegan» (Job 4:8) y que «los<br />

que siembran viento, recogen tempesta<strong>de</strong>s» (cf. Os. 8:7). El historiador J. A. Frou<strong>de</strong> dijo:<br />

«Una lección y sólo una se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que la historia repite con claridad, y es que <strong>de</strong><br />

alguna manera el mundo está edificado sobre una base moral, y que a la larga bien les va a<br />

los buenos, y que a la larga mal les va a los malos».<br />

6:8 Aunque es cierto en un sentido general que segamos todo aquello que sembramos,<br />

se <strong>de</strong>bería observar que esta advertencia sigue a una exhortación acerca <strong>de</strong>l dar cristiano.<br />

Contemplado bajo esta luz, veremos que sembrar para la carne significa gastar el dinero

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