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Nuevo Testamento - iglesia bautista getsemani de montreal

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18:1 El capítulo 18 forma primordialmente un cántico funerario que celebra la caída <strong>de</strong><br />

Babilonia. Como ya se ha dicho, esto se refiere a la <strong>iglesia</strong> ramera que no sólo constituye<br />

un vasto sistema religioso, sino quizá el más gran<strong>de</strong> sistema comercial <strong>de</strong>l mundo.<br />

Aparentemente, controla los mercados mundiales. Cuando otro ángel… con gran potestad<br />

<strong>de</strong>scien<strong>de</strong> <strong>de</strong>l cielo para dar las nuevas, es como si se encendiesen las luces. Su resplandor<br />

<strong>de</strong> gloria alumbra la tierra.<br />

18:2 Cayó la gran Babilonia, y sus ruinas vienen a ser guarida <strong>de</strong> <strong>de</strong>monios y <strong>de</strong> todo<br />

espíritu inmundo, y <strong>de</strong> toda ave inmunda y aborrecible.<br />

18:3 La razón <strong>de</strong> su caída es la absoluta corrupción que ha practicado con las naciones<br />

y sus merca<strong>de</strong>res. Ha hecho que todas las naciones beban <strong>de</strong> su apasionada fornicación.<br />

18:4 Otra voz <strong>de</strong>l cielo advierte al pueblo <strong>de</strong> Dios para que salga <strong>de</strong> ella, <strong>de</strong> un sistema<br />

con<strong>de</strong>nado en la víspera <strong>de</strong> su <strong>de</strong>strucción. La relación con ella significaría compartir sus<br />

plagas.<br />

18:5–6 Sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios se ha acordado <strong>de</strong> sus<br />

malda<strong>de</strong>s, y está lanzando retribución sobre ellos. Va a recibir el doble pago por sus<br />

malvadas acciones, no <strong>de</strong> parte <strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong> Dios, sino <strong>de</strong>l ángel instrumento <strong>de</strong> Su<br />

venganza.<br />

18:7 Su tormento y duelo serán proporcionados a su engran<strong>de</strong>cimiento <strong>de</strong> sí misma y a<br />

su estilo lujoso <strong>de</strong> vida. Ella se consi<strong>de</strong>ra reina, sentada sobre todas las cosas, y a salvo <strong>de</strong><br />

duelo.<br />

18:8 En un solo día vendrá su juicio, que incluirá muerte, duelo y hambre. Es Dios<br />

el Señor Todopo<strong>de</strong>roso quien la castigará con fuego.<br />

18:9–10 Los reyes <strong>de</strong> la tierra… harán lamentación por el incendio <strong>de</strong> su antigua<br />

querida. Pero sus lloros no serán altruistas. Se lamentan por su pérdida <strong>de</strong> placeres y lujos.<br />

Parándose lejos, se asombran ante la magnitud <strong>de</strong> su tormento, y ante lo repentino <strong>de</strong> su<br />

fin.<br />

18:11–13 Los merca<strong>de</strong>res… lloran principalmente porque se ha <strong>de</strong>svanecido su<br />

esperanza <strong>de</strong> beneficio. Ninguno compra más su mercancía.<br />

La lista <strong>de</strong> productos con los que comerciaba Babilonia parece incluir todo el comercio<br />

mundial: metales preciosos, joyas, tejidos, ma<strong>de</strong>ra, marfil, cobre, hierro, mármol,<br />

cereales, ganados, carros, esclavos y vidas humanas. Tanto el mundo como la <strong>iglesia</strong><br />

apóstata son culpables <strong>de</strong> traficar con las vidas o almas humanas, la <strong>iglesia</strong> mediante la<br />

venta <strong>de</strong> indulgencias, etc., y el mundo <strong>de</strong> los negocios mediante la explotación.<br />

18:14 Los hombres <strong>de</strong> negocios, dirigiéndose al sistema caído, lamentan que sus<br />

esperados beneficios se han <strong>de</strong>svanecido, y que sus riquezas y esplendor han <strong>de</strong>saparecido<br />

repentinamente para siempre.<br />

18:15–16 Como los reyes, los merca<strong>de</strong>res… se pararán lejos con temor,… llorando<br />

y lamentándose porque se han perdido sus beneficios en una hora. Rememoran los<br />

perdidos lujos <strong>de</strong> la ciudad, y cómo la gente iba finamente cubierta y adornada con joyas.<br />

18:17–18 Ahora, toda aquella opulencia ha quedado <strong>de</strong> repente en nada, y la amenaza<br />

<strong>de</strong> una gran <strong>de</strong>presión se cierne sobre todos. Los <strong>de</strong>dicados al comercio marítimo se<br />

mantienen lejos, y gritan: «¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad?» .<br />

18:19 Echan polvo sobre sus cabezas, llorando y lamentándose por la ciudad que había<br />

enriquecido la industria marítima mundial y que ahora ha quedado <strong>de</strong>solada en una hora.<br />

18:20 Pero mientras se están <strong>de</strong>rramando en la tierra estas impías lágrimas, hay gran<br />

regocijo en el cielo. Por fin Dios ha vengado (V.M.) a Sus santos, apóstoles y profetas.<br />

Ha juzgado a Babilonia por la manera en que ha tratado a Su pueblo.

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