11.05.2013 Views

Nuevo Testamento - iglesia bautista getsemani de montreal

Nuevo Testamento - iglesia bautista getsemani de montreal

Nuevo Testamento - iglesia bautista getsemani de montreal

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

8:22 Los judíos no comprendían que Jesús se refería a volver al cielo. ¿Qué quería<br />

<strong>de</strong>cir por «me voy»? ¿Significaba que escaparía <strong>de</strong> la conspiración <strong>de</strong> ellos para darle<br />

muerte cometiendo suicidio? Era extraño que pensasen tal cosa. Si fuese a matarse a sí<br />

mismo, no había nada que les impidiese hacer lo mismo y seguirle en la muerte. Pero éste<br />

era otro ejemplo <strong>de</strong> las tinieblas <strong>de</strong> la incredulidad. ¡Parece asombroso que pudiesen ser tan<br />

duros e ignorantes <strong>de</strong> lo que el Salvador estaba diciendo!<br />

8:23 Sin duda pensando en la insensata referencia que ellos habían hecho al suicidio, el<br />

Señor les dijo que ellos eran <strong>de</strong> abajo. Esto significaba que tenían una perspectiva muy<br />

baja <strong>de</strong> las cosas. No podían ascen<strong>de</strong>r más allá <strong>de</strong> las cosas literales <strong>de</strong>l tiempo y <strong>de</strong> los<br />

sentidos. No tenían comprensión espiritual. En contraste, Cristo era <strong>de</strong> arriba. Sus<br />

pensamientos, palabras y hechos eran celestiales. Todo lo que ellos hacían tenía el sabor <strong>de</strong><br />

este mundo, mientras que toda Su vida mostraba que Él venía <strong>de</strong> una tierra más pura que<br />

este mundo.<br />

8:24 Jesús empleaba frecuentemente la repetición para hacer énfasis. Aquí los volvió a<br />

advertir con solemnidad que ellos morirían en sus pecados. Si ellos rehusaban<br />

<strong>de</strong>cididamente creer en Él, no cabía otra alternativa. Aparte <strong>de</strong>l Señor Jesús no hay ninguna<br />

manera <strong>de</strong> obtener el perdón <strong>de</strong> los pecados, y los que mueran con los pecados sin<br />

perdonar no pue<strong>de</strong>n finalmente entrar en el cielo. Si no creéis que yo soy, moriréis en<br />

vuestros pecados. Vemos en las palabras Yo soy otra <strong>de</strong>claración <strong>de</strong> <strong>de</strong>idad <strong>de</strong>l Señor<br />

Jesús.<br />

8:25 Los judíos estaban totalmente perplejos por las enseñanzas <strong>de</strong>l Señor Jesús. Le<br />

preguntaron directamente quién Él era. Quizá lo hicieron con sarcasmo, como diciendo:<br />

«¿Quién crees que eres, que nos hablas <strong>de</strong> esta manera?». O quizá se sentían realmente<br />

<strong>de</strong>seosos <strong>de</strong> oír lo que fuese a <strong>de</strong>cir acerca <strong>de</strong> Sí mismo. La respuesta <strong>de</strong>l Señor es digna <strong>de</strong><br />

nota: Ese mismo que os he dicho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio (V.M.) Él era el Mesías prometido.<br />

Los judíos le habían oído <strong>de</strong>cirlo con frecuencia, pero sus tercos corazones habían rehusado<br />

inclinarse a la verdad. Pero Su respuesta pue<strong>de</strong> tener otro sentido —el Señor Jesús era<br />

exactamente lo que predicaba—. No <strong>de</strong>cía una cosa y hacía otra. Él era la viva encarnación<br />

<strong>de</strong> todo lo que enseñaba. Su vida se ajustaba a Su enseñanza.<br />

8:26 El significado <strong>de</strong>l versículo 26 no está claro. Parece que el Señor <strong>de</strong>cía que había<br />

muchas cosas adicionales que podría hablar y juzgar acerca <strong>de</strong> aquellos incrédulos<br />

judíos. Podría exhibir los malvados pensamientos y motivos <strong>de</strong> sus corazones. Sin<br />

embargo, <strong>de</strong>cía con obediencia sólo aquellas cosas que el Padre le había dado que hablase.<br />

Y por cuanto el padre es verda<strong>de</strong>ro, es digno <strong>de</strong> ser creído y escuchado.<br />

8:27 Los judíos no comprendieron en este punto que les hablaba <strong>de</strong> Dios Padre.<br />

Parece que sus mentes se entenebrecían más y más. Antes, cuando el Señor Jesús había<br />

afirmado que era el Hijo <strong>de</strong> Dios, se habían dado cuenta <strong>de</strong> que afirmaba la igualdad con<br />

Dios Padre. Pero ya no lo discernían.<br />

8:28 De nuevo Jesús profetizó lo que iba a suce<strong>de</strong>r. Primero, los judíos levantarían al<br />

Hijo <strong>de</strong>l Hombre. Esto se refiere a Su muerte por crucifixión. Después que hubieran hecho<br />

esto, conocerían que Él era el Mesías. Lo sabrían por el terremoto, por las tinieblas, pero,<br />

más que nada, por Su resurrección corporal <strong>de</strong> entre los muertos. Observemos<br />

cuidadosamente las palabras <strong>de</strong> nuestro Señor: Entonces conoceréis que yo soy. El sentido<br />

más profundo es: «Entonces conoceréis que yo soy Dios». Entonces se darían cuenta <strong>de</strong><br />

que Él no hacía nada por sí mismo, es <strong>de</strong>cir, por Su propia autoridad. Más bien, él había<br />

venido al mundo como el Dependiente, diciendo sólo aquellas cosas que el Padre le había<br />

enseñado a <strong>de</strong>cir.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!