11.05.2013 Views

Nuevo Testamento - iglesia bautista getsemani de montreal

Nuevo Testamento - iglesia bautista getsemani de montreal

Nuevo Testamento - iglesia bautista getsemani de montreal

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>de</strong>cir, ¿osaremos entristecerle y arriesgarnos a una manifestación <strong>de</strong> Su juicio disciplinario<br />

sobre nosotros?<br />

10:23 El apóstol pasa <strong>de</strong> la cuestión <strong>de</strong> la participación en las fiestas idolátricas y va a<br />

exponer algunos principios generales que <strong>de</strong>berían gobernar a los cristianos en sus vidas<br />

diarias. Cuando dice: todo me es lícito, no significa que lo sea todo en un sentido absoluto.<br />

Por ejemplo, ¡no está ni por un momento implicando que le sería lícito cometer asesinato o<br />

emborracharse! Una vez más, hemos <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r esta expresión sólo en relación con<br />

cuestiones moralmente indiferentes. Hay una gran área en la vida cristiana en la que las<br />

cosas son perfectamente legítimas en sí mismas, y que sin embargo, por otras razones, no<br />

sería pru<strong>de</strong>nte que un cristiano participase en ellas. Así, Pablo dice: Todo me es lícito,<br />

pero no todo conviene. Por ejemplo, una cosa podría ser totalmente lícita para un creyente,<br />

pero podría ser también impru<strong>de</strong>nte, consi<strong>de</strong>rando las costumbres nacionales <strong>de</strong> la gente<br />

con la que convive. A<strong>de</strong>más, hay cosas que, siendo en sí mismas lícitas, podrían ser no<br />

edificantes. Es <strong>de</strong>cir, que algo podría resultar en no edificar a un hermano en su santísima<br />

fe. ¿Debería entonces yo insistir en exigir mis <strong>de</strong>rechos, o <strong>de</strong>bería yo consi<strong>de</strong>rar lo que<br />

podría ser <strong>de</strong> ayuda a mi hermano en Cristo?<br />

10:24 En todas las <strong>de</strong>cisiones que hacemos, no <strong>de</strong>beríamos estar sólo pensando<br />

egoístamente en qué nos beneficiará a nosotros mismos, sino que <strong>de</strong>beríamos pensar en<br />

aquello que redundará en interés <strong>de</strong>l otro, en su bienestar. Los principios que estamos<br />

estudiando en esta sección podrían aplicarse muy bien en cuestiones <strong>de</strong> vestido, alimento y<br />

bebida, nivel <strong>de</strong> vida, y los entretenimientos en que podamos participar.<br />

10:25 Si un creyente va a la carnicería para comprar algo <strong>de</strong> carne, no está obligado a<br />

preguntar al comerciante si la carne había sido ofrecida a los ídolos. La carne misma no<br />

quedaría afectada <strong>de</strong> una o <strong>de</strong> otra manera, y no habría involucrada ninguna cuestión <strong>de</strong><br />

lealtad a Cristo.<br />

10:26 Explicando este consejo, Pablo cita <strong>de</strong>l Salmo 24:1: Porque <strong>de</strong>l Señor es la<br />

tierra, y su plenitud. El pensamiento aquí es que los alimentos que tomamos nos han sido<br />

provistos en gracia por el Señor y que están dispuestos <strong>de</strong> forma específica para nuestro<br />

uso. Heinrici nos dice que estas palabras <strong>de</strong>l Salmo 24 son comúnmente empleadas por los<br />

judíos en la acción <strong>de</strong> gracias a la mesa.<br />

10:27 Ahora Pablo presenta otra situación que podría llevar a los creyentes a hacer<br />

preguntas. Supongamos que un incrédulo invita a un creyente a su casa para comer. ¿Tiene<br />

libertad un cristiano para aceptar tal invitación? Sí. Si estás invitado a comer en casa <strong>de</strong> un<br />

incrédulo y quieres ir, tienes libertad para comer, sin más averiguaciones por motivos <strong>de</strong><br />

conciencia.<br />

10:28 Si, en el curso <strong>de</strong> la comida, hay otro cristiano presente y que tiene una<br />

conciencia débil, y te comunica que la carne que tienes <strong>de</strong>lante ha sido ofrecida a los<br />

ídolos, ¿<strong>de</strong>berías comerla? No. No <strong>de</strong>berías regalarte con ella, porque con ello podrías<br />

hacerlo tropezar y dañar su conciencia. Tampoco <strong>de</strong>berías comer si un incrédulo pudiese<br />

ser estorbado <strong>de</strong> aceptar al Señor por esta acción. Al final <strong>de</strong>l v. 28, se cita <strong>de</strong> nuevo el<br />

Salmo 24:1: Porque <strong>de</strong>l Señor es la tierra y su plenitud.<br />

10:29 En el caso acabado <strong>de</strong> citar, no <strong>de</strong>berías <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> comer <strong>de</strong>bido a tu propia<br />

conciencia. Tú tendrías perfecta libertad, como creyente, <strong>de</strong> comer la carne. Pero el<br />

hermano débil sentado a tu lado tiene conciencia acerca <strong>de</strong> aquello, y así te refrenas <strong>de</strong><br />

comer por respeto a su conciencia.<br />

La pregunta: ¿Cómo se ha <strong>de</strong> juzgar mi libertad por la conciencia <strong>de</strong> otro?, se<br />

podría quizá parafrasear <strong>de</strong> la siguiente manera:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!