ACTAS DEL CONGRESO CNLSE
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PONENCIAS Y COMUNICACIONES <strong>DEL</strong> <strong>CONGRESO</strong> <strong>CNLSE</strong> SOBRE ADQUISICIÓN,<br />
APRENDIZAJE Y EVALUACIÓN DE LA LENGUA DE SIGNOS ESPAÑOLA 2014 51<br />
primeras palabras. En este sentido, podemos afirmar que, para ellos, la lengua de signos<br />
será más fácil de aprender y, sobre todo, algo atractivo que les da la posibilidad de hablar<br />
de cosas que les rodean pero cuyas palabras correspondientes no conocen aún o no están<br />
preparados para emitirlas.<br />
••<br />
Refuerza los vínculos afectivos. Los bebés tienen una estrecha relación con sus padres durante<br />
sus primeros años de vida. Gracias a ellos entran en contacto con el mundo y participan<br />
en él, por lo que la necesidad de este vínculo es mucho mayor para los más pequeños. Si se<br />
mejoran las interlocuciones, si ellos son partícipes de la comunicación y las conversaciones<br />
se retroalimentan, la calidad de esos vínculos mejoran necesariamente.<br />
••<br />
Evita frustraciones. Aún a riesgo de resultar algo reiterativos no queremos dejar pasar esta<br />
cuestión, evidentemente si mejora la eficacia comunicativa, y por ende la relación con los adultos,<br />
se estrechan vínculos y el bebé cuenta con un recurso que le permite modificar y organizar<br />
su entorno, las rabietas se diluyen. No desaparecen, de hecho son importantes para el desarrollo<br />
pero sí podemos minimizarlas. Es frecuente que estos niños y niñas recurran al signo<br />
mientras no consiguen oralizar ciertas palabras manifiestamente más difíciles de producir. Son<br />
frecuentes situaciones en las signan una palabra y oralizan otra para «exigir» CHOCOLATE y<br />
pan, para merendar, por ejemplo. Hacerse entender siempre relaja cualquier eventual conflicto.<br />
Ahora bien, esta intervención no tendría ningún sentido si no compartiéramos algunas de las ideas<br />
fuerza que puedan guiar a las familias en su camino por incorporar la lengua de signos en su día a día.<br />
En primer lugar y con respecto a la metodología, conviene insistir en que «Entiéndelo antes de hablar»<br />
se construye principalmente sobre dos pilares: la investigación y resultados contrastados al respecto<br />
y enunciada anteriormente y la experiencia de muchos hijos e hijas oyentes de padres sordos que de<br />
forma intuitiva y muy acertada recurren a la comunicación signada también con sus bebés oyentes.<br />
«Entiéndelo antes de hablar» no se trata de un manual de instrucciones con indicaciones cerradas y ordenadas,<br />
al contrario propone una serie de pautas, estrategias y orientaciones para introducir la lengua<br />
de signos española en la realidad de los bebés, siempre de forma muy fluida y con el ritmo que cada familia<br />
o escuela considere adecuado en función de la demanda comunicativa, la motivación o el interés.<br />
La mera decisión de ponerlo en práctica ya es motivadora de per se y los resultados son tan prematuros<br />
que retroalimentan el proceso en sí sin que tengan que mediar estrictas pautas o programas.<br />
No olvidemos que estamos hablando de bebés oyentes ergo la implicación y los principales promotores<br />
del proceso son los adultos, cuanto más importantes sean en la vida del bebé mejores resultados<br />
obtendremos. Del mismo modo cuantas más personas compartan la iniciativa más fácil resultará la<br />
generalización de lo aprendido. Si pensamos en quiénes y en qué escenarios transcurre la vida del<br />
bebé ya tendríamos la lista de los destinatarios del proyecto. Padres, madres, cuidadores, abuelos,<br />
maestros… y especialmente los hermanos, los mayores porque sin duda catalizarán la experiencia y<br />
los recién llegados porque se convertirán sin quererlo en aprendices del hasta ahora bebé.<br />
La incorporación de la lengua de signos en los hogares o en las aulas de infantil va más allá de un<br />
recurso comunicativo, es en sí misma una excusa perfecta para fraguar dinámicas, juegos, canciones<br />
y en definitiva momentos lúdicos y de afecto.