ACTAS DEL CONGRESO CNLSE
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PONENCIAS Y COMUNICACIONES <strong>DEL</strong> <strong>CONGRESO</strong> <strong>CNLSE</strong> SOBRE ADQUISICIÓN,<br />
52 APRENDIZAJE Y EVALUACIÓN DE LA LENGUA DE SIGNOS ESPAÑOLA 2014<br />
Más allá de quiénes se implicarían en este proceso interesa qué signos aprender, y en qué orden se<br />
introducen en las rutinas del bebé. Tampoco esta cuestión debería preocupar en exceso puesto que<br />
no se trata de observar listas cerradas de vocabulario, por el contrario se recomienda que el léxico<br />
se escoja en función de cada realidad, ajustándose siempre a los intereses y necesidades de cada<br />
contexto comunicativo. Ninguno de los autores consultados impone una lista cerrada de signos ni el<br />
orden en el que éstos deben introducirse en la vida de los pequeños, sino que proporcionan orientaciones<br />
y pautas para elegir los más convenientes y proponen un pequeño glosario de signos. Los<br />
bebés crecen en contextos variados, rodeados de objetos diferentes y con rutinas que les son significativas<br />
también diferenciadas.<br />
Nuestro equipo ha considerado distintas fuentes para elaborar el glosario que se propone, un nutrido<br />
grupo de expertos en evolutiva, en lengua de signos, en educación infantil y directamente familias<br />
satisfechas con su experiencia han analizado y organizado una pequeña propuesta de vocabulario<br />
para que pueda orientar a quiénes se interesen por poner en práctica el proyecto. Como quiera que<br />
muchas de estas familias y escuelas desconocen la lengua de signos, los términos no solo están ordenados<br />
alfabéticamente y editados en papel sino que también están editados en video para facilitar<br />
su reproducción.<br />
Con respecto al ritmo con el que se incorporan signos nuevos, la máxima es «a demanda» y puede<br />
variar de unas familias a otras. En una misma familia hay momentos en los que parece que al bebé no<br />
le interesa nada de lo que los adultos le signa y de pronto no solo incorpora de uno en uno los signos<br />
en sus locuciones sino que parece haberlos asimilado todos a la vez. El interés y la competencia comunicativa<br />
que poco a apoco va desarrollando van a pautar el ritmo.<br />
La vida del bebé son un conjunto de rutinas y actividades que comparte con los adultos y le sirven para<br />
crecer, las rutinas serán sin duda las que más llamen su atención y de entre todas las actividades escogeremos<br />
las más significativas para su desarrollo. Identificando estas rutinas se puede determinar el<br />
vocabulario por el que empezar. Una gran parte de los materiales consultados recomiendan empezar<br />
con signos relacionados con la comida como LECHE, COMER, MÁS (signo muy útil puesto que se puede<br />
aplicar a muchos contextos y combinar con otros signos) o con signos relacionados con objetos que llaman<br />
la atención de los pequeños como PERRO, GATO, FLOR o PELOTA, o por supuesto PAPÁ, MAMÁ, etc.<br />
Llegado a este punto, la gran pregunta es ¿y cuándo empezamos? Los autores consultados no han<br />
establecido de forma unánime una edad concreta, sin embargo coinciden en apuntar una horquilla<br />
entre los seis y los diez meses de edad. Cada bebé es un mundo y de la misma forma que no todos<br />
empiezan a gatear o a hablar a la misma edad, que no a todos les llaman la atención las mismas<br />
cosas, ni les gustan los mismos juguetes, etc. El interés por comunicarse con los que les rodean<br />
puede aparecer en ellos antes o después. Una pista de que, efectivamente, ha llegado el momento<br />
en el que quieren comunicarse con nosotros es cuando empiezan a señalar objetos, acompañándolos,<br />
en ocasiones, de balbuceos. Sin embargo, en esta cuestión es unánime la opinión de que<br />
cuanto antes mejor, de forma análoga en la que para emitir lenguaje oral es necesario cierto baño<br />
lingüístico, para signar, los signos han tenido que formar parte de su realidad antes de que ellos<br />
puedan siquiera producirlos.